La Brigada Nacional de la Policía Judicial de Marruecos convocó el jueves 25 al periodista Omar Radi para un interrogatorio tras ser acusado por la Fiscalía de Casablanca de una supuesta participación para «obtener financiación extranjera en conexión con servicios de inteligencia». El periodista fue interrogado durante más de cinco horas.
Radi indicó que no podía hacer declaraciones por estar obligado por el secreto de la investigación, no obstante, aclaró que la acusación conlleva serios cargos pero que no existe «la más mínima evidencia» en su contra.
La citación de la BNPJ se hizo bajo la dirección de la oficina del fiscal y el propio Radi la compartió previamente de forma pública, mientras escribía en una red social: «Encuentro la citación de la fiscalía muy absurda».
El Sindicato Nacional de la Prensa Marroquí (SNPM) exigió todas las garantías para el periodista en esta investigación recordando el principio de presunción de inocencia señalando «la prioridad y el derecho a ejercer su profesión libremente por parte de los periodistas».
Este interrogatorio se produce tres días después de que Amnistía Internacional (AI) denunciara que el teléfono móvil de Radi había sido espiado por el Gobierno mediante el uso del software Pegasus desarrollado por la empresa israelí NSO.
Las autoridades marroquíes han rechazado el informe de AI convocando a su director en Marruecos, Mohamed Sektaoui, negando su contenido sosteniendo que no hay «evidencia material» al respecto.
Esta denuncia obtuvo un amplio eco en la prensa internacional, que ha mostrado su solidaridad y preocupación por lo ocurrido con el informador marroquí, que se ha visto atacado en su país por los medios próximos al Majzén, el poder real.
En este sentido, el periodista señaló que es objeto «de una campaña de difamación e insultos».
Reporteros sin Fronteras así como el periodista marroquí afincado en España Ali Lmrabet, y la periodista Anna Leah Jacobs, entre otros, han mostrado su solidaridad con Radi tras la citación judicial.
El diputado del Frente de Izquierda Democrática(FGD) Omar Balafrej señaló el viernes 26 en la comisión de Cultura, Comunicación y Educación del Parlamento de Rabat, que el mayor problema que existe para los periodistas independientes en Marruecos «es el miedo», añadiendo que son amenazados y sometidos a hostigamiento recordando que Radi «ha sido perseguido más de una vez».
Omar Radi, de 33 años es ganador en 2013 del premio de la Asociación Marroquí de Periodismo de Investigación y colabora con varios medios independientes marroquíes e internacionales.
El pasado marzo, el Tribunal de Primera Instancia de Casablanca emitió una condena de cuatro meses de prisión, pero en libertad condicional, por haber proferido «injurias a un juez» por una publicación en una red social, en el marco de la sentencia a los activistas del Hirak del Rif. La sentencia fue recurrida.
En este sentido, ha declarado que la región del Rif está sometida a «un bloqueo casi militar». La última vez que la visitó, en 2017, para filmar allí, estuvo detenido 48 horas señalando que no puede volver.
En España presentíamos que al fin al del proceso, la DEMOCRACIA «suigeneris» marroquí le pasaría factura el perseguido compañero Omar Radi, vigilado, espiado y perseguido por los esbirros que sirven al dictador Mohamed VI dictador donde los haya. En fin, dice el refrán que: «no hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo resista,,»