La Fundéu ofrece, con motivo del Día Internacional del Yoga, algunas claves para una correcta redacción de las informaciones relacionadas con la práctica de esta disciplina.
1. El yoga, masculino y en minúscula
La voz yoga se escribe con minúscula por tratarse de un nombre común y figura en el Diccionario académico como masculina (el yoga), aunque en ciertas zonas hispanohablantes no es inusual su empleo como femenino (la yoga). Como explica esa misma obra, su origen es el sánscrito yoga, que significa ‘unión, esfuerzo’.
2. Gurú y yogui
El término gurú se emplea para aludir al maestro que dirige a una persona o grupo de practicantes de yoga. Como plural de gurú son igualmente válidas las formas gurús y gurúes.
Por su parte, la forma yogui es común en cuanto al género (el yogui / la yogui), como señala el Diccionario. No obstante, entre quienes practican esta disciplina es frecuente referirse a las mujeres con la forma yoguini, que no es censurable. Ambas se escriben en minúsculas y sus plurales son yoguis y yoguinis.
3. Chacra o chakra, pero no chackra
Tanto chacra como chakra son grafías válidas para referirse a ‘cada uno de los centros de energía del cuerpo humano que rigen las funciones orgánicas, psíquicas y emotivas’. Se desaconseja en cambio la forma con ck (chackra). Es una palabra masculina: el chacra, no la chacra.
4. Namasté, mejor que námaste ni namaste
Namasté es el saludo tradicional indio consistente en juntar las palmas de las manos delante del pecho. Cuando se saluda de este modo, suele pronunciarse como una palabra aguda. Por tanto, como transcripción del sánscrito, lo preferible es escribirla en redonda y con tilde: «¡Namasté!, 10 pasos para empezar a practicar yoga».
5. India o la India, formas válidas
La Ortografía señala que el uso del artículo es opcional en los nombres de muchos países y algunos continentes, por ejemplo, (la) India, país de origen de esta disciplina.
6. Automasaje y autopráctica, en una sola palabra
El elemento auto- funciona en estos casos como un prefijo con el significado de ‘por uno mismo’. Por ello, se recomienda escribirlo unido al sustantivo al que acompaña: automasaje y autopráctica.
7. Esterilla o tapete, mejor que mat
Tanto esterilla como tapete son preferibles al anglicismo mat cuando este alude a la pieza rectangular que se coloca en el suelo y sobre la que se realizan actividades físicas como el yoga.
8. Ramas y posturas
Las ramas del yoga se suelen transcribir al español y pueden, bien conservar aquellas grafías que son ajenas a nuestro sistema ortográfico y, por tanto, escribirse en cursiva o entre comillas («Entrevista con Susana Pascual, profesora de hatha yoga»), o bien realizar una adaptación y usar la redonda («Prueba con hata yoga o con alguna actividad al aire libre para desconectarte»). Lo mismo sucede con las posturas, conocidas como asanas dentro de la jerga del yoga: «Beneficios de la virabhadrasana» o «La virabadrasana nos enseña a mantener el equilibrio y la estabilidad interna».
Se recuerda también que es posible emplear la traducción al español sin ningún tipo de resalte tipográfico: yoga del poder (hatha yoga) o postura del guerrero (virabhadrasana).
En todo caso, unas y otras se escriben con minúscula inicial.