James Frey, un joven escritor toxicómano que toca fondo se somete a una cura de desintoxicación en una clínica de Minessota, donde debe enfrentarse a la realidad de su situación y tomar duras decisiones sobre su vida.
«En mil pedazos», película para la que la realizadora británica Sam Taylor-Johnson («Cincuenta sombras de Grey», «Nowhere boy») ha elegido a su marido, Aaron Taylor-Johnson («El diario íntimo de Georgia Nicolson», «Godzilla», «Nocturnal Animals») como protagonista, es una adaptación del controvertido libro «Million Little Pieces» (editado en España por Taurus), escrito por el estadounidense James Frey en 2003, sobre su dependencia del crack y otras drogas y la cura de rehabilitación que llevó a cabo en una de esas organizaciones que a mi me parece que tienen algo de sectas.
James Frey, a quien la revista Esquire llamó «el escritor más importante de Estados Unidos» y el diario The Guardian, «el mejor escritor de su generación», ha conseguido que sus novelas sean número uno en la lista de los libros más vendidos de The New York Times y se publiquen en 42 idiomas y 118 países.
La adaptación cinematográfica del best-seller, que ha decepcionado a la crítica anglosajona, la primera en verlo, y también a mi, cuenta con un puñado de actores: Billy Bob Thornton («El hombre que nunca estuvo allí»), Odessa Young («Nación salvaje», «Looking For Grace»), Juliette Lewis («Agosto», «Asesinos natos»), Charlie Hunnam («Rey Arturo: la leyenda de Excalibur», «Z. La ciudad perdida») y Giobanni Ribisi («Avatar»), quienes interpretan a todos los personajes que entran y salen de la vida del protagonista, intentando ayudarle a curarse.
Esta es la primera película que la realizadora firma después del éxito de la discutida «50 sombras de Grey», y el primer gran personaje dramático de su marido después del Globo de Oro conseguido en 2017 por su papel de psicótico en «Nocturnal Animals» de Tom Ford.
La pareja, que se casó después de colaborar en la película biográfica de John Lennon «Nowhere boy», ha escrito a dos manos este guión que mantiene al espectador esperando que pase algo que no llega, mientras contempla al protagonista que «con su piel luminosa y su bíceps inflado parece que ha pasado una semana con su entrenador personal en lugar de salir de un centro de rehabilitación» (The Guardian).