El miércoles 25 de enero de 2017, el nuevo presidente de Estados Unidos firmó dos decretos que apuntan a México directamente: nuevas medidas en materia migratoria, y la construcción de un muro de tres mil kilómetros en la frontera entre ambos países, que, como no se cansa de repetir, quiere que pague México al cien por cien.
Peña Nieto y Donal Trump en su encuentro en México en 2016Donald Trump lo anunció a bombo y platillo durante la campaña, y le faltó tiempo para volver a la carga después de la visita que hizo a Los Pinos (sede de Presidencia de México) tras la invitación de Enrique Peña Nieto cuando aún era candidato. Ha sido llegar a la Casa Blanca y lo ha cumplido con la firma de ayer. Precisamente el mismo día en que se encontraba en su país la delegación mexicana encabezada por Ildefonso Guajardo, secretario de Economía, y Luis Videgaray, el artífice de la reunión Peña Nieto-Trump, lo que le costó el puesto, pero que fue “rehabilitado” recientemente con el cargo de secretario de Relaciones Exteriores. La misión de ambos es preparar el terreno para una visita del mandatario mexicano a Washington el 31 de este mes de enero.
La firma de estos dos decretos ha levantado voces en los partidos de la oposición. Todos, salvo Andrés M. López Obrador, líder de Morena, coinciden en que Peña Nieto debe cancelar la reunión ya. También los ciudadanos.
Consciente de su baja popularidad (según una encuesta del periódico Reforma, solo 2 de cada 10 le aprueban), Peña Nieto se ha dirigido a los ciudadanos a través de un vídeo reprobando la decisión de autorizar la construcción del muro y afirmando que México no pagará esa obra. Es más, ha soltado un “como Presidente de la República, asumo plenamente la responsabilidad de defender y cuidar los intereses de México y los mexicanos” y que es su deber “encarar los problemas y enfrentar los desafíos”. Seguramente millones de mexicanos le dirían que, pues entonces, encare este problema y los defienda.
También afirma que ha ordenado a la Secretaría de Relaciones Exteriores reforzar las medidas de protección a los mexicanos que se encuentran en EEUU y que “los 50 consulados de México en los Estados Unidos se convertirán en auténticas defensorías de los derechos de los migrantes”. Además, les brindará la asesoría legal que les garantice la protección que requieran, porque “donde haya un migrante mexicano en riesgo, que requiera nuestro respaldo, ahí debemos estar, ahí debe estar su país”, ha dicho.
https://youtu.be/qHY85Et3Gu8
Ha hablado Peña Nieto de una protección que no les ha proporcionado nunca, ni dentro ni fuera del país. Dentro, está más que claro: la inseguridad se cobra decenas de vidas a diario. Según una encuesta de El Universal, elaborada a finales de 2016, siete de cada diez mexicanos considera que ha aumentado la violencia relacionada con el narcotráfico desde que Peña Nieto es presidente. Fuera, que se lo pregunten a los dos millones de repatriados durante la presidencia de Obama. Y con el reciente gasolinazo, Peña también ha demostrado «que sabe» proteger a sus ciudadanos.