De estreno este mes de junio 2025 en Francia, «Enzo» fue presentada en mayo en la quincena de realizadores de Cannes, como una obra póstuma de Laurent Cantet (fallecido en 2024 y autor entre otras de «Entre les murs» 2008, palma de oro en Cannes) pero realizada por su amigo y cineasta Robin Campillo (autor de «120 latidos por minuto», gran premio del jurado en Cannes 2017).

«Enzo» es el resultado de la mezcla de dos estilos (más social el de Cantet, más íntimo el de Campillo) y de las respectivas preocupaciones u obsesiones temáticas de ambos cineastas, en esta obra que Laurent Cantet no pudo llevar hasta el final al agravarse su enfermedad.
El guion iniciado por ambos fue escrito finalmente con la participación de un tercer guionista que aportó también su toque al edificio: el director Gilles Marchand (quien había trabajado ya como coguionista con Cantet en «Recursos humanos», y con Campillo en «Eastern’boys» y en «La Isla roja».
Pasando revista a la filmografía de ambos cineastas, mi primera impresión al ver «Enzo» ha sido la de ver más bien una película de Robin Campillo, aunque muy influenciada por Laurent Cantet. Más que calificarla de obra póstuma, me parece más exacto decir que se trata de una idea inicial de Cantet, concluida y dirigida por Campillo.
La acción transcurre en la región de Marsella, en la Ciotat, (localidad de tradición obrera y estación balnearia) en donde Cantet había rodado ya su película «El taller de escritura», una obra en la que abordaba las dificultades de reinserción escolar de un grupo de adolescentes.
Enzo es un adolescente de dieciséis años, en ruptura con su adinerada familia, padre catedrático y madre ingeniero, que rechaza seguir sus estudios como le propone su autoritario padre de origen italiano. Aunque muestra muy buenas cualidades como dibujante, Enzo prefiere optar por el trabajo manual como albañil en una obra cerca de su lujosa mansión.
El desclasamiento de Enzo en ese entorno obrero es mal aceptado por sus padres, que lo ven como un fracaso, mientras que su hermano es un brillante estudiante que responde a los anhelos familiares. Su origen social provoca también la ironía e incomprensión de sus colegas de trabajo.
La no aceptación del tránsfuga social, la relación entre personajes de clases sociales diferentes, el mundo del trabajo, o la cuestión de la educación y la crisis de la adolescencia son temas recurrentes en el cine de Cantet, quien trabajó a menudo en colaboración con Campillo.
Al parecer, la versión inicial de Cantet centraba la atención en esa tentativa de desclasamiento y el personaje de Enzo era un adolescente con una sexualidad libre y abierto a todas las experiencias, mientras que en la versión final el conflicto existencial se desplaza hacia la crisis provocada por la atracción que siente Enzo por un obrero ucranio prototipo de joven viril. Estamos aquí pues más cerca del tema de la identidad sexual propio al cine de Campillo.
La referencia al conflicto bélico, con los personajes de los dos albañiles de origen ucranio, resulta a mi juicio un pretexto para hilvanar el guion, pero sin profundizar el tema abordado con esa digresión. Mi mayor reserva es, sin embargo, el desenlace de la película, que no revelaré aquí, pero que lejos de toda transgresión resulta finalmente convencional.
Con una excelente mezcla de actores profesionales y no profesionales, «Enzo» cuenta en su reparto con el italiano Pierre Francesco Favino y con la francesa Elodie Bouchez, quienes aportan ambos su experiencia y su madurez.
La gran revelación de la película es su protagonista, el joven «no actor» aunque actor nato Eloy Pohu (quien practica la natación profesional) y quien, con su presencia, sus silencios y su mirada aporta absoluta credibilidad a ese personaje de adolescente en crisis, en el que muchas familias con conflictos parecidos se reconocerán.
«Enzo», estrenada en Francia el 18 de junio 2025, es una película que vale la pena ver, resultado de las miradas cruzadas de dos amigos cineastas cuya colaboración fue interrumpida por la muerte de Cantet a la temprana edad de 63 años.
Laurent Cantet
Entrañable persona de profunda humanidad y excelente cineasta

Fallecido en abril del 2024, Laurent Cantet inició su carrera con la realización del telefilm «las sanguinarias» en 1998. Su primer largometraje de ficción fue «Recursos humanos» en 1999, galardonado con el premio «Nuevos realizadores» del festival de San Sebastián; una perla seleccionada por José María Riba que, tras ser estrenada en Francia en el 2000, obtuvo el premio César a la mejor ópera prima.
La carrera internacional de Laurent Cantet se disparó a continuación con «El empleo del tiempo» 2001, seleccionada en Venecia e inspirada en la historia real de Jean Claude Romand un impostor que llevaba una doble vida, y con «Hacia el sur» 2005 rodada en Haití y República Dominicana, adaptación de tres relatos del escritor haitiano francófono Denis Laferriere.
Su mayor éxito llegará con la palma de oro en Cannes y el Premio Cesar de mejor adaptación ese mismo año por «Entre les murs» en 2008. Adaptación de la obra de François Begaudeau, que relata su experiencia docente como profesor en un colegio parisino en «zona de educación prioritaria», eufemismo con el que se califica a las escuelas dejadas de la mano de…la educación nacional, con abundancia de jóvenes alumnos que atraviesan una escolaridad difícil.
Vinieron después «Foxfire» 2012, sobre una banda de chicas en EEUU en lucha contra el machismo, «Retorno a Ítaca» 2014, entrañable mirada sobre la realidad cubana en la Habana (guion en colaboración con Leonardo Padura) , «El taller de escritura» 2017. Y «Arthur Rambo» 2021.
Las películas de Laurent Cantet han participado a lo largo de los años en diversas secciones del festival donostiarra. La última vez fue con «Arthur Rambo» 2021 en competición oficial. Como era el caso también en «El empleo del tiempo», se trata ahí de una historia inspirada en un hecho real: el oscuro pasado de un escritor franco argelino que logra un gran éxito con su primera novela. Seudónimo que hace referencia fonéticamente al poeta Arthur Rimbaud.



