Fronda[1] en la Quinta República francesa
El escándalo Benalla, o “Benallagate”, como lo ha bautizado ya la prensa francesa, fue destapado por el diario Le Monde, al difundir una información que había circulado en las redes sociales en internet: Alexandre Benalla, responsable de la seguridad del presidente Emmanuel Macron, disfrazado de policía golpeó a dos personas durante unos violentos altercados ocurridos en Paris, al margen de las manifestaciones sindicales del primero de mayo pasado.
Las imágenes filmadas y fotografiadas por cámaras de video vigilancia, circularon ampliamente en las redes sociales, al ser reconocido el citado Benalla, en plena acción en la plaza de la Contraescarpe, en el parisino barrio latino, cuando neutralizaba violentamente a dos presuntos manifestantes.
A raíz de estas revelaciones, Benalla ha sido despedido de su cargo y la justicia francesa ha incoado un proceso en el que se le acusa de: “Violencia en reunión “ y de “Injerencia en el ejercicio de una función publica”. Han sido inculpados así mismo: Vincent Crase, un empleado del Partido de Macron En Marcha, quien participó en esos actos de violencia, y tres policías que habrían advertido a Benalla de la existencia del video acusador.
El caso Benalla viene a empañar una vez mas la imagen de Macron, quien hizo campaña por la transparencia y una ética irreprochable del poder político. Desde el caso Bayrou y sus asistentes parlamentarios, a los presuntos conflictos de interés de sus ministros Richard Ferrand y Françoise Nyssen, o las recientes revelaciones del Canard Enchainé sobre la ministro de trabajo Muriel Penicaud, la pretendida Republica ejemplar de Macron hace agua y su imagen resulta bien deteriorada.
Como destaca el semanario L’obs, si los hechos reprochados a Benalla, persona de confianza y guardaespaldas del jefe del Estado, han alcanzado tal dimensión y eco en los medios informativos, es porque en sí el caso encierra varios escándalos: la violencia gratuita contra dos manifestantes, la usurpación de función al hacerse pasar por policía, el retorno de los “barbouzes” o milicias parapoliciales, y por último la tentativa de la presidencia y del gobierno para escamotear y minimizar lo sucedido.
Versiones contradictorias que se desmienten unas a otras, del ministro del interior o de la prefectura de policía, silencio de la presidencia durante una semana, para justificar el comportamiento inadmisible del citado Benalla, son elementos que han agravado la profunda crisis que existe hoy entre el poder ejecutivo y el Parlamento, que decidió suspender el examen de la reforma constitucional, mientras que la oposición ha presentado una moción de censura contra el gobierno.
Si la bronca y la inquietud es de órdago en el seno de la oposición en la representación nacional, así como en el conjunto de los medios informativos, la actitud del presidente Macron ha provocado fronda también en el seno de la policía y la gendarmería en Francia, instituciones encargadas de la seguridad del jefe del estado, que denuncian el comportamiento inadmisible del citado Benalla, quien protegido por el presidente ha intentado remplazar o sustituirse a su autoridad.
El semanario Le Canard Enchainé pone de relieve la existencia de un proyecto de Macron para la creación de un servicio de seguridad de la la presidencia de la Republica (DSPR), que escaparía al control del Ministerio del interior y quedaría bajo la única autoridad del jefe del Estado. El problema es que, además, ese cuerpo parapolicial debía apoyarse en el citado Benalla, hoy caído en desgracia y perseguido por la justicia. Un hombre que no es ni siquiera policía, sino un guardia privado de seguridad de turbio comportamiento.
Una comisión de encuesta parlamentaria estaba interrogando actualmente a los responsables del gobierno y de la presidencia, ya que el propio Presidente rechazó su comparecencia ante el parlamento en nombre de la sacrosanta separación de poderes entre la presidencia y el Parlamento. La oposición acusa al gobierno de obstruir el funcionamiento de la comisión, y en las ultimas horas sus representantes han dado portazo y abandonado esa instancia que han calificado de “parodia”.
Cabe subrayar que finalmente Emmanuel Macron ha abandonado su mutismo, asumiendo él solo toda la responsabilidad. En presencia de los parlamentarios de su mayoría presidencial, rindió homenaje a su colaborador, aunque reconociendo que “había cometido un error por el que ha sido sancionado”. Macron subrayó que como Presidente su deber es responder ante el pueblo francés y no ante sus representantes en la cámara de diputados.
En esa declaración publica ante sus partidarios, el presidente Macron afirmó ser el único responsable de lo sucedido, y en tono provocador declaró: “Si quieren un responsable que vengan a buscarme!”. Declaración que ha sido percibida en los medios políticos e informativos como un desafío de la presidencia a los contrapoderes democráticos de la Republica y a la libertad de expresión de la prensa, es decir como una deriva autoritaria y bonapartista, que sitúa la voluntad del Presidente-monarca, por encima de todas las instituciones republicanas.
Con comentarios irónicos afirmó también Macron que el pueblo francés no se preocupa del pretendido escándalo, y arremetió contra los medios informativos que se han hecho eco de la información. Probablemente Macron no había sido informado todavía de un reciente sondeo de opinión. Según una encuesta hecha por el instituto Elabe, a petición de BFM TV, el 80 % de franceses se declaran consternados por el escandalo Benalla y 49 % se dicen muy consternados. Solo 20 % afirman lo contrario.
Todo parece indicar que el presidente Macron se equivoca en su estrategia para conservar el poder. En el parlamento por el momento tiene todavía una mayoría presidencial, pero en el seno del pueblo francés en cambio su popularidad va de capa caída, y su movimiento político empieza a acelerar su (en) Marcha atrás.
- La Fronda es como se conoce a una serie de movimientos insurreccionales ocurridos en Francia durante la Regencia de Ana de Austria y el inicio breve del reinado de Luis XIV, ocurridos entre 1648 y 1653. El nombre de Fronda evoca las hondas y tirachinas que portaban los rebeldes del primer levantamiento en París, pionero del movimiento. Jairo Guerrero en descendantsoftime.