España: ¡Feliz 40 aniversario, democracia!

El pasado 15 de junio celebrábamos el 40 aniversario de la primera vez que votamos los españoles tras la recuperación de la democracia en nuestro país, que fue exactamente un 15 de junio, pero de un ya lejano año 1977. Un momento para recordar de dónde venimos, de cómo fuimos capaces de llegar a aquel punto de consenso, y de paso calibrar hacia dónde vamos.

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(C) Manuel López. Adolfo Suárez y Felipe González en el Congreso de los Diputados, 1977

Una fecha importante para muchos de los que la vivimos, al tiempo que ignorada, e incluso menospreciada para otros, sobre todo algunos políticos de nueva hornada que en asuntos de libertades se encontraron, afortunadamente para ellos, con un gran trecho andado. Tanto es así, que en estos tiempos la llamada Transición del 78 se ha acuñado por parte de algunos como un arma arrojadiza de lo viejo, la caspa, lo antiguo, algo a olvidar.

Pero aquel 15 de junio de 1977 significó mucho para los ciudadanos de este país, que comenzaron a vivir una nueva etapa de su existencia, pudiendo asomarse a una ventana de libertad durante 40 años vedada. En palabras de la filósofa Victoria Camps, en el extraordinario de 96 páginas que dedicó el diario El País para conmemorar dicha fecha, “es difícil transmitir a quienes no vivieron los largos años de franquismo la euforia que se vivió en las primeras elecciones auténticamente democráticas. Por fin votar de verdad, escuchar en campaña algo tan simple como los acordes de La internacional, tener un Parlamento homologable, con todos los requisitos exigibles a las democracias representativas…”.

Si una imagen vale más que mil palabras, algunas de las imágenes publicadas en esas 96 páginas dedicadas al tema hablan por sí solas, siendo una auténtica lección de historia, incluso para los que creen saberlo todo. Como la que muestra la aprobación del Proyecto de Reforma Política de 1976 que sirvió para articular la Transición, en un momento en que estaban vivos, frente a frente, vencedores y vencidos. O la de Dolores Ibárruri, la Pasionaria, y Rafael Alberti entrando en el Congreso, personajes que tuvieron que vivir largos años en el exilio como proscritos porque aquí su vida no valía nada… O la soledad en el banquillo del Parlamento del primer presidente, Adolfo Suárez, ya en su caída, pero que, viniendo del Movimiento, franquismo puro y duro, supo encauzar a este país por la senda democrática.

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Alberto Schommer (autorretrato) y Francisco Umbral (detalle), mano a mano en FOTO, nº 0, marzo de 1982

Mención aparte merecen las extraordinarias imágenes del gran fotógrafo Alberto Schommer, quien supo retratar para la ocasión a los partidos políticos de entonces en su salsa: Una Unión del Centro Democrático que venía con el pan bajo el brazo en base a su origen y dueña del futuro. O un PSOE con sus primeros espadas ataviados con capas de toreros dispuestos a triunfar en pueblos y plazas, al lado de una Alianza Popular pertrechada de espadas y escudos como defensores de las esencias patrias por las que se postulaban, hasta llegar a un Partido Socialista Popular con la balanza de la justicia por enseña, para finalizar con un Partido Comunista abriéndole la jaula a la paloma de la libertad, o la Federación Demócrata Cristiana de Joaquín Ruiz-Giménez, pensando ellos que había llegado su hora ya que, en su opinión, “la clase media puede ser la espina dorsal de la democracia española”.

Aquella era la España de 1977, la que nos tocó vivir a muchos. Parece que fue ayer, pero han pasado 40 años en los que han ocurrido muchas cosas. Parodiando a un veterano político, Alfonso Guerra, podría decirse que a este país hoy “no lo conoce ni la madre que lo parió”. Es cierto que queda mucho por hacer, y que debe hacerse pero teniendo en cuenta que ahora, como lo fue antes, en una tarea de todos.

El camino andado ha sido largo. Ya no tenemos a la Policía Armada montada a caballo vigilante en la universidad y dispuesta a moler a palos a los estudiantes díscolos o a los trabajadores en las puertas de las fábricas. La banda asesina ETA ya no mata, habiendo sido derrotada por la democracia después de más de 800 vidas arrojadas por los terroristas a la cuneta. La mujer ya no necesita “permiso marital” para hacer o disponer de cualquier cosa, como sucedía antes. La homosexualidad es reconocida como algo normal, ya no se trata de “vagos y maleantes”. Se ha despenalizado el aborto en casos concretos, por lo que no hay que viajar a Londres para hacerlo. España es hoy un país aconfesional, no “católico, apostólico y romano”, como éramos antes. Disponemos de una sanidad pública universal que atiende a cualquier persona. La Ley de Memoria Histórica tiene en cuenta a los que fueron olvidados, ninguneados o simplemente asesinados por el régimen vencedor. El matrimonio homosexual es una realidad a la altura de nuestros días, algo impensable hace años… Es cierto que faltan cosas, pero desde aquel lejano 15 de junio de 1977 se ha andado un largo trecho, se han conseguido muchas cosas.

Queda lo que se hará a partir de mañana, que será el primer día del resto de nuestras vidas. Ha nacido una nueva generación de españoles a los que estos datos tal vez les suenen a prehistoria, pero créanme existieron, y que hoy, incluso los incrédulos, se apoyan sobre sus frutos. Han nacido también unos nuevos partidos políticos que al parecer han venido para quedarse, por lo que están llamados a jugar su papel en los próximos años. De cómo lo hagan, de cómo se comporten con el país del que forman parte, va a depender una parte importante del resultado final.

Mientras tanto, “Feliz 40 aniversario, democracia”.

Conrado Granado
@conradogranado. Periodista. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. He trabajado en la Secretaría de Comunicación e Imagen de UGT-Confederal. He colaborado en diversos medios de comunicación, como El País Semanal, Tiempo, Unión, Interviú, Sal y Pimienta, Madriz, Hoy, Diario 16 y otros. Tengo escritos hasta la fecha seis libros: «Memorias de un internado», «Todo sobre el tabaco: de Cristóbal Colón a Terenci Moix», «Lenguaje y comunicación», «Y los españoles emigraron», «Carne de casting: la vida de los otros actores», y «Memoria Histórica. Para que no se olvide». Soy actor. Pertenezco a la Unión de Actores y Actrices de Madrid, así como a AISGE (Actores, Intérpretes, Sociedad de Gestión).

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