Un espíritu burlón: explorando las fisuras del más allá

Tiene cierto parecido Un espíritu burlón con las obras de Jardiel Poncela, tanto en el fondo como en la forma. En ella, lo inverosímil se apodera de un entorno burgués aburridísimo, donde prima la seguridad, haciéndolo saltar por los aires. El reparto, aquí como allí, es numeroso, aunque de roles muy claros y sin posibilidad de confundirlos.

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Cartel de Un espíritu burlón

Son siete actorazos para siete personajes, un reto de papeles -y algo más- que los teatros privados no pueden asumir por entero, necesitan del concurso público, y es así como se han unido el Teatro Circo de Murcia y Enrique & Alain Cornejo para producirlo. Sin embargo, aunque el público harto de miserias se regocija con estos grandes repartos, la obra resultante es plana -o al menos a mí me lo pareció, acontecida como estaba por el 13N- y, a pesar de los siete actores, la escenografía tan bella y el público siguiendo con ilusión el alarde, yo diría -adoptando el espíritu que le da título-, que te puedes marchar con el santo al cielo un rato, que al volver no te has perdido nada.

No te has perdido nada siempre y cuando no te saltes el final, porque eso sí que sería imperdonable; ése no te lo puedes perder, que ahí está todo.

Pero ni por las risas ni por la sorpresa (y eso que los temas fantasmales siempre sobrecogen aunque estemos todos bien juntitos en un teatro) podría poner al público en pie este espíritu burlón. No lo logra, y así el público, que esa tarde casi llenó el anfiteatro Guirau, no perdió nunca su calidad de espectador. No se entregó.

La parte cómica está encomendada a la pitonisa Madame Arcati, quien se lleva la mejor parte por televisiva, y a la criada, con apariciones estelares al principio y final; la mala uva, a las dos esposas fantasmas; la banalidad acompañada de cinismo, al escritor y marido de ambas (aunque hay que decir en su descargo que no debe ser fácil aguantar el tipo cuando tu mujer, a la que estás llamando «querida» de contino, que bastante esfuerzo te cuesta, mientras preparas el mejor Martini que sabes, se empeñe en que le hables de tu difunta); y por fin el matrimonio añoso formado por el médico y señora que parecen los más equilibrados y que, cuando ven deslizarse la velada por ciertos vericuetos, se evaden y… ¡ahí os quedéis!

Admitamos que se exploran con gracia esos abismos del no saber qué pasa en el más allá cuando «pasamos» (una de las fantasmas lo echa de menos cuando se aburre aquí, y nosotros nos aburrimos por completo de ella), algo que sigue dando respeto, se agradece la risa que te provoca, pero también a ésta (la risa) le faltó no ser tan plana y remontar de una vez esa planicie, expectante de otra risa más fuerte, que no llega. Y nada, que no remonta. Ni monta ni remonta. No conmueve, que es la característica final de Coward y de Jardiel.

Sinopsis argumental de la obra:

En un pueblo cualquiera vive el conocido escritor Carlos Salamanca con su esposa Ruth. El escritor, que quiere hacer un libro basado en hábitos esotéricos, invita a cenar al médico del lugar con su mujer, y a la extravagante Madame Arcati, que se gana la vida haciendo sesiones de espiritismo. La velada, que se presumía tranquila y apacible, toma un rumbo inesperado cuando quien responde a la voz de la médium no es la persona que esperaban sino la primera esposa de Carlos, fallecida siete años atrás, pero con unas ganas inmensas de volver a estar con su marido. A partir de ahí, la obra se convierte en un continuo laberinto de situaciones tan irracionales como esperadamente divertidas.

Noël Coward: Dramaturgo, actor, director teatral y compositor inglés nacido en Teddington, famoso cronista de la alta sociedad británica. Entre las más de sus cuarenta obras de teatro, en muchas de las cuales actuó, montó y dirigió, destacan las brillantes Vidas privadas, Un modelo de vida y Un espíritu burlón (1941). Aunque la mayor parte de las obras de Coward son famosas por su sátira mordaz y la sutileza de su ingenio, también revelan su ternura y su capacidad para conmover. En 1970 Coward fue nombrado Sir.

Un espíritu burlón fue protagonizada por Angela Lansbury en 2013. Existe también una excelente versión cinematográfica (1954) debida a David Lean, con Richard Harrison en el papel del escritor.

  • Título: Un espíritu burlón, de Noël Coward
    Adaptación y Dirección: César Oliva
    Reparto: Berta Ojea, Quim Capdevila, Carla Hidalgo, Antonio Albella, Eva Torres, Lola Escribano y Esperanza Candela.
    Diseño de Escenografía e Iluminación: Paco Leal
    Diseño sonido: Javier Almela
    Diseño gráfico y fotografía: JN Estudio – Javier Naval
    Confección Vestuario: Sastrería Cornejo
    Maquillaje y Peluquería: Javier Reyes
    Una producción de Iniciativas Teatrales y Diffusio Artes Escénicas
Nunci de León
Doctor en Filología por la Complutense, me licencié en la Universidad de Oviedo, donde profesores como Alarcos, Clavería, Caso o Cachero me marcaron más de lo que entonces pensé. Inolvidables fueron los que antes tuve en el antiguo Instituto Femenino "Juan del Enzina" de León: siempre que cruzo la Plaza de Santo Martino me vuelven los recuerdos. Pero sobre todos ellos está Angelines Herrero, mi maestra de primaria, que se fijó en mí con devoción. Tengo buen oído para los idiomas y para la música, también para la escritura, de ahí que a veces me guíe más por el sonido que por el significado de las palabras. Mi director de tesis fue Álvaro Porto Dapena, a quien debo el sentido del orden que yo pueda tener al estructurar un texto. Escribir me cuesta y me pone en forma, en tanto que leer a los maestros me incita a afilar mi estilo. Me van los clásicos, los románticos y los barrocos. Y de la Edad Media, hasta la Inquisición.

2 COMENTARIOS

  1. Estimada amiga:
    El parecido con la obra de mi abuelo, Jardiel Poncela, no es casual. Coward plagió la comedia de Jardiel «Un marido de ida y vuelta», que Jardiel le había mandado para que hiciera gestiones con miras a estrenarla en Londres. Cuando se enteró del plagio, se lo contó a su amigo y también escritor José López Rubio. Es un asunto conocido y que les consta a los estudiosos del teatro.
    Un cordial saludo.
    Enrique Gallud Jardiel

    • Estupendo, Enrique, me has hecho un favor enorme, así es como queda bien el texto, con ese comentario inesperado. Yo sabía desde el comienzo de la función que allí flotaba el espíritu de Jardiel y no quería que ninguna lectura me impidiera plasmar mis intuiciones tal como me habían llegado. Lo que no entiendo es que sea Sir quien tales cosas hace, qué mala suerte tu abuelo al confiar en él. Otras cosas he oído yo que le hicieron, también por confiado, cuando estuvo en Hollywood… Bueno, que estoy que no quepo de leer lo tuyo.
      Mil gracias de verdad, Enrique, esto sí que es enriquecer un texto y hecho por la persona más adecuada. Tenía a alguien con tu apellido entre mis amigos de Facebook hasta que Facebook me expulsó de su seno (no me deja entrar, me pone a rellenar casillas…). En fin, Enrique, que otra vez muchísimas gracias, estoy emocionada y ya hablaremos más por extenso. Espero. Te deseo lo mejor.

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