Eugenio Amaya alumbra “La ridícula idea de no volver a verte”

Luis de Luis[1]

 

A comienzos de década Rosa Montero puso a prueba su, ya de por sí, enorme versatilidad como escritora y, más específicamente, narradora con la publicación de “La ridícula idea de no volver a verte”. Un libro, por aquel entonces, hibrido e inclasificable que hoy en día, la crítica ya ha acuñado la etiqueta autoficción para etiquetar libros como el de Montero.

En “La ridícula idea de no volver a verte” Rosa Montero abordaba con sinceridad limpia y natural el duelo tras la muerte de su marido; con una escritura pudorosa y tersa contaba su calvario personal (tan parecido y equivalente al de cualquiera, tan especial y único como el de cualquiera) sin convertirlo en una emocionada elegía o una arrebatada letanía sino narrando tanto las vicisitudes para la creación de una biografía de Madame Curie como el impacto emocional que le supuso la lectura del Diario que escribió la genial científica a la muerte de su marido Pierre.

ridicula-600x849 Eugenio Amaya alumbra “La ridícula idea de no volver a verte”

Eugenio Amaya ha acometido el dificilísimo reto de adentrarse en un texto tan personal y, por naturaleza, irrepresentable para construir una arriesgadísima dramaturgia de la que, además, ha asumido la dirección y, no lo solo eso, sino que, a mayor abundamiento, ha conseguido salir triunfante de la imposible tarea.

Amaya ha dejado un compacto texto teatral que prima (con inteligencia) los momentos del duelo más personales compensándolos con aquellos pasajes de la vida de Madame Curie que reflejaban, a través del tiempo y el espacio y cosiéndolos con las reflexiones de la autora más cotidianas para lograr un equilibrio tan natural como pasmoso.

Todo lo anterior sería imposible sin la interpretación tan creativa como entregada de María Luisa Borruel que, con suavidad y delicadez, sabe dar cada inflexión, cada matiz y cada mirada necesarias para habitar  texto que exige estar vivo y esperanzado en cada representación, como si fuera la primera vez.

Este teatro es intensamente emocional, intensamente natural, intensamente, por tanto, cercano y reconocible; por eso, quizás, sea tan escaso y resulte tan raro encontrarlo, tan plagado de amor, humor y sinceridad, salvo cuando aparece Perigallo por las tablas que es, como ya quedo dicho más arriba, todo un acontecimiento.

 

  1. Luis de Luis es crítico teatral

Ficha artística

Reparto: María Luisa Borruel

Texto: Rosa Montero

Dirección y dramaturgia: Eugenio Amaya

Producción: Aran Dramática

 

 

editor
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