El deslumbramiento del estatus y el poder.
El impostor experto en violencia de género, está especializado fundamentalmente en darla con queso, a la sociedad en general y a las mujeres en particular. Si además le añadimos estatus y poder aderezado con narcisismo, podrá triunfar por deslumbramiento, siempre y cuando estemos dispuest@s a dejarnos cegar por su fama, y por tanto no estemos atent@s a lo que “esconde” su comportamiento, o aún estándolo lo queramos negar…
En este proceso, influye además, nuestra forma de estimarnos a nosotr@s mism@s, el deseo de aprobación de l@s demás, necesidad de dar amor, de que nos amen, el deseo de “estar en lo cierto”, medido por lo que dice la sociedad y la cultura en general, sobre roles y estereotipos de género acerca de cómo han de comportarse unos y otras, entre ell@s y como parejas.
Por eso no es de extrañar que se recurra rápidamente a los mismos cuando falta información sobre alguien, tanto para bien, como para mal, dependiendo por descontado del sexismo, bien consciente, semiinconsciente o inconscientemente…
Ya lo decía E. Fromm en el libro “Del tener al ser”, se es, en la medida de lo que se hace y es imprescindible la concentración, si no se está atent@ a un@ mis@… Si no se está atent@ a las reacciones y comportamientos de l@s demás… difícilmente se podrá interactuar con autenticidad y reciprocidad; que en el caso de la relación de pareja, estar atentas al principio, de los principios es fundamental para prevenir en la medida de lo posible…
El estatus y el reconocimiento dan poder y fama, especialmente a los hombres, por eso hay que sacar tiempo en esta sociedad de la prisa para recordar que la fama, muchas veces no se debe a cualidades humanas admirables, como tampoco a logros verdaderos, es muy probable que en la cultura de la imagen y las apariencias, haya detrás una historia de manipulaciones y deslumbramientos importantes… y en el peor de los casos cegueras, incluyendo el tráfico de influencias e intereses, mezclado muchas veces con prejuicios positivos.
Por mi experiencia la persona narcisista, experta en manipular, derrocha peligro y tanto más cuanto más poder y estatus tenga. Mientras que la persona brillante, que las hay, tiene conocimientos, sensibilidad, se relaciona empáticamente con las personas, no tiene salidas de tono, no desconcierta, da luz, no deslumbra, da apoyo, sosiego, afecto, comprensión, solidaridad, reconforta, estimula a sacar lo bueno que tienen l@s demás, da confianza por lo que hace y dice, es coherente, no compra a las personas, las ve en reciprocidad y si es hombre, además de todo eso, no tutoriza a la mujer porque tiene el valor de verla en igualdad a pesar del mandato cultural “de ser hombre, hombre”, o sea cumplidor de los mandatos tradicionales, y si es mujer se solidariza con las mujeres hermanándose con ellas (sororidad).
La inteligencia emocional nos espera, está deseando ser desarrollada para evolucionar de verdad, y darnos cuenta de que sin trabajar los afectos y las emociones, difícilmente podremos avanzar en el desarrollo personal respetuoso, y en la evolución social en reciprocidad.
Recordando las habilidades esenciales de la inteligencia emocional “Inteligencia emocional” Daniel Goleman: 1)Conocimiento de las propias emociones, 2)capacidad de controlar las propias emociones, 3)capacidad de motivarse a un@ mism@, 4)reconocimiento de las emociones ajenas y 5)habilidad para relacionarnos adecuadamente con las emociones de l@s demás.
Bajo mi punto de vista, el desarrollo de la creatividad es fundamental en este proceso potenciándolo, puesto que nos hace estar en contacto con nuestras emociones fortaleciendo nuestra autoeficacia y autoestima.
¿Cómo reconocer a un narcisista? Mucus, la inteligencia natural de un moco nos trae a colación unas sugerencias, del libro “Amores altamente peligrosos” de Walter Riso: Cuando el sujeto ególatra intenta seducir, recurre a dos tácticas principales:
- Da muestras de poder, elegancia y aristocracia.
- Se comporta de una manera totalmente opuesta a lo que realmente es: humilde, sensible y dispuesto al crecimiento personal.
Sin embargo no todo puede camuflarse, existen pequeños detalles, gestos o comentarios, que indican claramente que tanta maravilla es sospechosa. El impulso del ego por lucirse es tan grande que tenerlo oculto es prácticamente imposible.
A continuación algunos ejemplos que pueden permitir reconocer el narcisismo:
- Parece que escucha cuando le hablas, pero su mente está secuestrada por su ego…. No es falta de memoria sino de atención.
- La mayoría de las conversaciones tienden a canalizarse hacia su propia persona: su historia, logros… no pienses que le inspiras confianza, es puro egocentrismo amañado.
- Si le contradices o muestras desacuerdo no podrá disimular su desconcierto e incomodidad, aunque pondrá su mejor cara amable en su interior estará indignado. Algo podrás notar.
- Exhibirá marcas en lo que se pone… querrá dejar claro que tiene un excelente gusto y un mejor glamour.
- Nunca dirá “no sé”. Saca el tema que quieras y tendrás una persona erudita delante.
- La táctica preferida será endulzarte el yo y los oídos. Te dirá exactamente lo que te gustaría que te dijeran, porque son muy sagaces para descubrir los puntos débiles del otro.
- La costumbre les delata. A veces se les escapa el trato inadecuado, brusco o descortés hacia otras personas. La persona clasista no puede dejar de serlo.
- Mostrará un interés especial por tus amistades importantes y con estatus.
- Tratará de saltarse las reglas desde el primer momento, y mostrará cierta ira mal disimulada cuando deba seguir pautas de conducta impuestas desde fuera.
Lo natural es que proliferen l@s narcisistas porque la sociedad de la rapidez y lo aparente, promueve conseguir los objetivos a cualquier precio “el fin justifica los medios”.
Mucus esputa: ¡Cuidado! El narcisista está tan podrido de amor, que le falta tiempo para amar su ego.
“Los hombres están atrapados en la trampa del tener que ser hombres a toda costa y sobre las referencias del modelo tradicional. La salida está al frente, nunca en el regreso, y para poder alcanzarla hace falta liberarse de toda la parafernalia y complementos superficiales que la cultura ha situado sobre su identidad. Es fácil, pero tienen que querer hacerlo” Miguel Lorente en el libro “Tú haz la comida que yo cuelgo los cuadros”.
“Acostumbrarse es otra forma de morir” Dulce Chacón.
“Cuando los ojos ven lo que nunca vieron, el corazón siente lo que nunca sintió” Baltasar Gracián.