FACUA-Consumidores en Acción ha denunciado la comercialización de dos aceites de oliva virgen extra, denominados Fergus y Yo, verde que actualmente están siendo promocionados por sus propiedades anticancerígenas frente a la diabetes o enfermedades cardiovasculares, entre otras.
La denuncia ha sido presentada contra las empresas Dispafar y Aceites Yo, verde, S.L. ante la Sección de Consumo Territorial de Palencia y el Servicio Provincial de Consumo de la Junta en Jaén, en donde tienen ubicadas sus respectivos domicilios sociales.
En la web del producto se atribuye directamente cualidades curativas:
Previene de enfermedades cardiovasculares, ayuda a reducir el colesterol, es anticancerígeno, y es el mejor antiinflamatorio natural, excelente para diabéticos, previene el envejecimiento, cita en la leyenda que los anuncia.
El aceite Yo, verde se puede comprar también en farmacias y se encuentra en Madrid, Barcelona, San Sebastián, Murcia, Toledo o Marbella, entre otras ciudades. De igual forma, este producto puede adquirirse online en su web.
Por otro lado, Fergu, promociona el aceite de oliva como un «jarabe de vida», un remedio alternativo al ibuprofeno, según tuit difundido por el gobierno a través del perfil de Marca España en una lamentable campaña que ha hecho rectificar a Dispafar.
En este sentido, Fergus ha eliminado de la web todo el lista de supuestas propiedades del jarabe de vida que ahora ha pasado a ser llamado ZUMO DE VIDA. El término jarabe sigue apareciendo en su eslogan y en el nombre comercial, y junto a él un estetoscopio, el aparato que utilizan los médicos para evaluar a los pacientes. Esta imagen se asocia por tanto a una propiedad curativa y evaluable por facultativos, una situación que denuncia FACUA por ser incierta.
FACUA subraya que el Reglamento (UE) 1169/2011 del Parlamento Europeo y del Consejo, sobre la información alimentaria facilitada al consumidor, aclara literalmente que «la legislación sobre información alimentaria debe prohibir el uso de información que pueda inducir a engaño al consumidor, en especial en cuanto a las características de los alimentos, sus efectos o propiedades; así como atribuir propiedades medicinales a los alimentos«. El propio Reglamento especifica aún más: «Para ser eficaz, dicha prohibición debe extenderse a la publicidad y presentación de los alimentos«.
Ni tiene propiedades curativas ni puede resolver patologías severas porque no es un medicamento sino un aceite. Esta publicidad engañosa y fraudulenta, que además ampara la farmacia, hace que el consumidor se vea confundido porque cree que lo está adquiriendo de forma terapéutica, cuando no es cierto.