Conscientes de los perjuicios de las guerras religiosas para la comunidad islámica, los participantes en el Congreso Internacional “El Islam y la lucha contra el terrorismo” (Meca, Arabia Saudita: 20-25 de febrero), recomendaron una lucha global contra los actores, organizaciones e ideólogos de todo tipo de terrorismo.
La ka-aba y el reloj del centro del mundo islámico
En un comunicado final titulado “Declaración de Meca”, los más de 400 participantes a este encuentro, organizado por la Liga del Mundo Islámico, afirmaron que el terrorismo es un fenómeno planetario sin fe ni patria.
Los líderes del mundo islámico están, en este contexto, invitados a actuar a favor de la unidad de la Umá (comunidad musulmana), del manejo sostenible de los recursos naturales y humanos, y de la reactualización de los programas pedagógicos y del discurso religioso en el sentido de la tolerancia y del equilibrio. Para conseguir un mundo de paz, es imprescindible garantizar el respeto de la dignidad humana de todas las personas, los derechos humanos, y, las aspiraciones de los pueblos al bienestar. El deber de los ulemas (doctores de la ley) consiste en asumir con objetividad y abnegación la misión de asesorar, rectificar el mal uso de conceptos y de predicación y, a la vez potenciar la comunicación con la juventud.
Sería difícil conseguir estos objetivos sin el apoyo de los medios de comunicación. Su cometido según la “Declaración de Meca” es pedagógico e informativo: fortalecer la unidad dentro de las comunidades musulmanas y los valores morales del islam, respetar la objetividad y prohibir la apología del terrorismo. El extremismo no religioso es uno de los factores del terrorismo mientras los valores humanos son un patrimonio de todos, leemos en el texto. De manera que, concluye la Declaración, la lucha contra el fanatismo religioso no podría hacerse con actitudes que fomenten la islamofobia ni a través de la hostilidad al Islam.
Los debates permitieron también repasar las definiciones del concepto del terrorismo teniendo en cuenta las distintas culturas. Para los participantes, los factores de este fenómeno son complejos. Sin embargo, a nivel mundial, algunos de ellos se justifican por la falta de justicia, la marginalización de los pueblos menos desarrollados, la impunidad o la pasividad ante los actos de destrucción, asesinato, asedio y exterminio colectivo en el mundo.
En sus conclusiones, el Congreso recomendó la cooperación con la comunidad internacional en la lucha contra el terrorismo, la solución de los conflictos regionales, el apoyo al desarrollo duradero y la gobernanza y, la creación de institutos de investigación especializados en el terrorismo.