El interminable juicio contra el fotoperiodista egipcio Mahmoud Abu Zeid, conocido como Shawkan por los suyos, pasó por nuevas sesiones en agosto, un total de tres, los días 5, 12 y 19 con audiencias cortas y un nuevo aplazamiento, en este caso hasta el 12 de septiembre, según decidió el Tribunal Penal de El Cairo. El juicio se ha aplazado ya casi 30 veces desde que se inició en marzo de 2016.
Abou Zeid, cumplió cuatro años de reclusión en la prisión de Tora, en El Cairo, desde el 14 de agosto de 2013, donde no recibe los cuidados que necesita para tratar su hepatitis C y anemia, y su estado de salud tanto físico como mental sigue deteriorándose.
Un examen médico ante la autoridad forense para evaluar el estado de su salud se presentó el pasado 20 de mayo, como había solicitado su abogado en varias ocasiones.
La solicitud fue presentada en respuesta al informe del médico de la prisión que lo encontró en buen estado de salud, a pesar de que tiene hepatitis C y anemia así como ampollas en la piel. Su familia apeló al fiscal hasta 18 veces para que lo deje en libertad por razones médicas.
En Londres, el pasado día 14, coincidiendo con los cuatro años en prisión, Amnistia Internacional presentó una campaña de 1460 autofotos con su rostro ante la embajada de Egipto, en alusión a los días que lleva preso
Shawkan, quien cumplirá 30 años en octubre, comparte celda con otros 22 presos y solo cada dos o tres días salen una hora al patio. Una vez a la semana recibe una visita de su hermano y cada dos las de sus padres, pero no libros ni periódicos.
«Soy un reportero gráfico, no un criminal» ha declarado recordando que hacer fotos «no es un crimen». Sus cuatro años, en prisión preventiva son una medida que viola la propia legislación egipcia, que recoge que no puede permanecer nadie más de dos años sin ser juzgado.
El fotoperiodista egipcio se enfrenta a nueve cargos, una posible cadena perpetua o pena de muerte por acusaciones que incluyen el asesinato, el intento de asesinato, la pertenencia a un grupo ilegalizado, -en alusión a los Hermanos Musulmanes- así como la participación en una manifestación ilegal y la posesión de armas.
Fue detenido con su cámara en la mano el 14 de agosto de 2013, mientras cubría la violenta dispersión de una manifestación en la plaza Rabaa al Adawiya, por parte de la policía tras el derrocamiento del entonces presidente, Mohamed Morsi. Era colaborador de las agencias Corbis y Demotix de Londres y sus fotografías habían aparecido en medios como The Sun, Time Magazine, Bild o Die Zeit.
Se calcula que hay unos 25 periodistas encarcelados en Egipto cuyas leyes contra el terrorismo permiten encarcelar a informadores.
La sección española de Reporteros Sin Fronteras (RSF) que, a través de varios de sus miembros apadrina a Shawkan, ha solicitado en varias ocasiones la libertad del reportero gráfico al igual que hiciera la recordada presidenta Malén Aznárez, fallecida el pasado mes de julio.
Por su parte, Amnistía Internacional España sigue manteniendo una campaña permanente ‘Free Shawkan’ que ya ha recogido más de 140 000 firmas –en concreto, 142 487- para solicitar la liberación inmediata e incondicional, ya que es un preso de conciencia detenido exclusivamente por su trabajo de fotoperiodista.