Biopic sobre la trayectoria del jesuita argentino que ocupa la silla de Roma
Partiendo de un recorrido turístico, en autobús y con guía, por “el Buenos Aires de Bergoglio” -Francisco para todos desde el día de su investidura como jefe de la iglesia católica, anteriormente “el padre Jorge” para feligreses y amigos- el realizador español Beda Docampo Feijoo ha dirigido un biopic basado en el libro «Francisco: La vida y la revolución» de Elizabetta Pique, una periodista destacada en el Vaticano, y asegura que la suya es “una película laica sobre el Papa”.
Coproducción hispano-argentina en la que el actor argentino Dario Grandinetti (Hable con ella) encarna el personaje de Francisco durante los años de arzobispo de Buenos Aires que culminaron con la fumata blanca de su elección, secundado por los españoles Silvia Abascal (La dama boba), Carlos Hipólito, Emilio Gutiérrez Caba y Marta Belaustegui entre otros. El actor argentino Rodrigo de la Serna –premiado junto a Gael García Bernal por su papel en la película Diarios de motocicleta, dirigida por Walter Salles en 2004, sobre un año de la juventud de Che Guevara- encarna a Francisco joven, “el período menos conocido de su vida”.
Abascal interpreta a una periodista española, madre soltera, que está escribiendo un reportaje sobre Francisco y, al mismo tiempo, establece una por lo menos anómala relación con el prelado, ya que viaja hasta la capital argentina para que sea él quien bautice a su hija. A partir del trabajo de la periodista, que se entrevista en distintas ocasiones, en su país y en Roma con Bergoglio, vamos enterándonos de la vida del hasta entonces “padre Jorge”: su dedicación a luchar contra la pobreza de los suburbios, la prostitución, la explotación de los trabajadores, la droga y la corrupción, siempre con un considerable sentido del humor que cultiva desde sus años de adolescente estudiante. Muestra también algunos momentos decisivos de su vida, como el día en que su abuela le regaló un libro sobre la vida del santo italiano Francisco de Asís, de quien después decidiría adoptar el nombre para la función papal.
Francisco, de 78 años, procedente de una familia obrera de la inmigración, iba a estudiar medicina y tonteaba con una chica cuando de pronto decidió dar un giro total a su futuro ingresando en el seminario, con gran disgusto de la madre que soñaba con tener un hijo universitario.
https://youtu.be/MiF4syfL5oI
En la película -que narra 50 años de historia argentina- también conocemos otros detalles íntimos del Papa, como que es hincha del Club de fútbol San Lorenzo, con el que en 2014 celebró que consiguiera la Copa Libertadores. “No es ni un dios ni un demonio, simplemente un papa que habla”, dice el actor Grandinetti, quien le considera un innovador “más allá de consideraciones religiosas”.