Para el Comité Ejecutivo (CE) de la Federación Internacional de Periodistas (FIP), celebrar su reunión semestral en Ramala, capital y sede de la Autoridad Palestina, era un modo de mostrar su solidaridad con los medios y los profesionales palestinos de la información.
#ifj leaders and Palestinian journalists #PJS attacked with tear gas by Israeli soldiers while demanding rights to freedom of movement for #journalists. Solidarity with Palestinian journalists – end the attack on media freedom. @IFEX @UNESCO @AAzoulay @antonioguterres @OSCE_RFoM pic.twitter.com/nJnwV4QiT2
— IFJ (@IFJGlobal) November 17, 2018
Trabajan en circunstancias difíciles, de acoso constante y con esporádicas situaciones de encarcelamiento de algunos de ellos. Por no hablar de quienes murieron antes por disparos de las tropas israelíes, como el último de ellos, Yassir Mortaya, quien murió por los disparos de un francotirador de Israel en abril de este año.
La dura separación forzosa de Gaza y Cisjordania añade otro motivo de preocupación humanitaria permanente. Así que los miembros de dicho CE de la FIP, a propuesta de nuestros colegas de Palestina, decidimos acompañarlos hoy en una pequeña acción de protesta en un lugar significativo de aquellos territorios.
Tras una rueda de prensa breve en plena calle, todos caminamos hacia un puesto de control israelí (el del suburbio de Qalandia). Nos mantuvimos a distancia. Todos los asistentes íbamos con chalecos de identificación de periodista en los que figuraba el logo de la FIP (IFJ, según sus siglas en inglés) y la frase (en inglés) «freedom of movement«.
Entre los asistentes, la dirección y algunos empleados de la FIP, los miembros del CE asistentes a la reunión del Comité Ejecutivo, personas de diversas nacionalidades (belga, sueca, danesa, británica, franceses, de Australia, India, Somalia, Marruecos, etcétera). Un cierto número de medios que habían asistido a la rueda de prensa acompañaban la marcha, junto a delegados y miembros del Sindicato de Periodistas Palestinos.
En un momento determinado, cuando estábamos a unos cien metros de las torres del control del ejército israelí, empezaron a caer sobre nosotros granadas lacrimógenas. Antes, no hubo aviso alguno. Ni una sola voz previa de advertencia.
Un miembro del Comité Ejecutivo resultó herido en el hombro por el impacto de una granada. Varios sufrieron ahogos y episodios asmáticos. Quien firma este texto sufrió picores agudos en la garganta y los ojos. Todos regresamos rápidamente por donde habíamos venido para escapar del efecto de los gases lacrimógenos.
Para la FIP, se trata de un claro atentado contra las libertades de prensa y expresión. Así termina la carta enviada por el Comité Ejecutivo al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, con copia para el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y la directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay:
«La FIP, fundada en 1926, condena ese ataque de los militares de Israel y exige explicaciones a su Gobierno. La FIP exhorta al Primer Ministro israelí a reconocer la cualidad de periodistas de todos los miembros de nuestra Federación, que emite el Carnet Internacional de Prensa considerado como acreditación única en 145 países de todo el mundo. Salvo en Israel«.