Un libro investiga las influencias de las ciudades en las que vivió Gonzalo Torrente Ballester
La creación literaria es deudora de la memoria y la imaginación. La obra de los grandes escritores se construye sobre estos dos elementos que se combinan y que interactúan a lo largo de las historias tejidas en las páginas de sus libros. La memoria retoma las experiencias a las que el escritor da forma literaria, enriqueciéndolas con la fantasía.
Xulio Formoso: Gonzalo Torrente Ballester
Por eso para un escritor son importantes los escenarios en los que ha transcurrido esa vida de la que toma los materiales sobre los que crea su literatura.
Muchos de los escenarios sobre los que Gonzalo Torrente Ballester sitúa a los personajes de sus novelas son las ciudades en las que vivió el escritor. Un libro del catedrático José A. Ponte Far, “Las ciudades de Torrente Ballester”, publicado por la Diputación da Coruña, estudia las relaciones de algunas de esas ciudades con la obra literaria de don Gonzalo, en muchos casos fácilmente identificables por las descripciones del propio escritor y en otros a través de detalles más o menos ocultos o simbólicos.
Entre el racionalismo y la fantasía
Tres son las ciudades sobre las que Ponte Far ha centrado su investigación. En primer lugar Ferrol, en la que transcurrieron los primeros años del escritor, que nació accidentalmente en casa de sus abuelos en una aldea del valle de Serantes, donde después pasaba temporadas. Ferrol es una ciudad creada en el siglo XVIII con los criterios racionalistas de los arquitectos de la Ilustración sobre la base de una pequeña villa marinera y agrícola. Fue pensada para albergar los astilleros que construirían las naves para la Armada de Fernando VI, y el trazado de sus calles y de sus plazas está ideado en función del utilitarismo y de la distribución de los barrios para las diferentes clases sociales que a partir de ese momento iban a poblarla, con una fuerte presencia del estamento militar.
La jerarquía y el conservadurismo eran las principales características de la sociedad en la que creció el futuro escritor, educado bajo estos principios en el colegio de los Padres Mercedarios: “… a los niños de mi pueblo se nos inculcaba una idea del mundo como jerarquía y sistema riguroso de mando y obediencia, ordenado e inmóvil, con un Dios en el centro en cuyo honor se disparaban los cañones” (De “Dafne y ensueños”).
Si la ciudad de Ferrol era el racionalismo, la aldea de Serantes era la magia de la que el escritor también se apropió para su literatura. Su realismo fantástico se nutre en buena medida de los componentes de ambos escenarios. El puerto, el casino de la ciudad, las tertulias, se mezclan en las obras de GTB con las leyendas escuchadas de boca de sus mayores y de las vivencias rurales en las romerías del valle de Serantes, el monte de Chamorro, la ermita de la Virgen del Nordés y la iglesia de San Salvador.
En Ferrol pasó Torrente Ballester una parte importante de su infancia y a Ferrol volvería de manera intermitente a lo largo de su vida: a su regreso de París en 1936 para dar clases en el instituto Concepción Arenal hasta 1939, y más tarde, ya casado con su primera mujer Josefina Malvido, entre 1942 y 1947.
Una arquitectura literaria
La otra ciudad que influyó de manera decisiva en la vida y en la obra de GTB fue Santiago de Compostela, una ciudad relacionada con sus estudios y con su labor docente. A Santiago acudía cada año a examinarse de su carrera universitaria, que cursaba por libre, a pesar de lo cual se licenció con Premio Extraordinario. Ganó las oposiciones para impartir la asignatura de Historia Antigua en la Universidad de Santiago y aquí se le concedió una beca para ampliar estudios en París, una estancia que tuvo que interrumpir para regresar a España cuando estalló la guerra civil.
Santiago despertó su interés y su fascinación por la arquitectura, que trasladaría a sus novelas y a sus ensayos. Algunas de las páginas más bellas de su obra se refieren a esta ciudad, que le marcó de forma indeleble y que inspiró una parte importante de su literatura: “… a esta ciudad debo determinadas experiencias que me ayudaron a fortalecer o a corregir las fundamentales que me permiten vivir y escribir” (De “Compostela y su ángel”). Santiago es la Villasanta de la Estrella de “Fragmentos de apocalipsis” y a esta ciudad ha dedicado también el ensayo “Santiago de Rosalía de Castro”, además de numerosas conferencias y artículos.
La ciudad de la saga/fuga
Gonzalo Torrente Ballester descubrió Pontevedra en 1928 cuando su padre fue destinado a Vigo, y tuvo la oportunidad de visitarla con frecuencia cuando se trasladó a vivir a Bueu en 1931, donde conoció a Josefina. En Pontevedra descubrió una cierta similitud que la hermanaba con Santiago y Ferrol en sus casas de piedra, sus calles estrechas con soportales, sus plazas recogidas y abiertas… pero además la ciudad tiene un aire que se sobrepone al urbanismo y entronca con el carácter mágico del mundo rural que había vivido en su infancia. De Pontevedra admira también su arquitectura y su ambiente intelectual, sus tertulias y los personajes que pueblan sus calles y sus cafés.
Pontevedra es el Castroforte del Baralla de “La saga/fuga de JB”, y de las leyendas rurales de esta ciudad tomó algunas de las mitologías de sus novelas. La ciudad le marcó también de manera muy profunda y así, cuando después de una estancia de diecisiete años en Madrid tuvo que elegir un nuevo destino para su cátedra de Literatura, será el instituto femenino de esta ciudad el que en 1964 tenga el privilegio de sus preferencias.
De nuevo las tertulias, de nuevo el encuentro con la mitología de su Galicia, con sus amistades antiguas, con el ambiente de su vida. De nuevo los artículos sobre la sociedad y los problemas de su tiempo, esta vez en su sección “A modo” del FARO DE VIGO, dirigido entonces por Agustín Cerezales. Su hijo Gonzalo Torrente Malvido escribiría sobre la influencia en su obra de estos últimos años en la ciudad: “Pontevedra fue, con sólo dos años y un verano que duró su estancia en ella, una de las etapas más importantes en la vida profesional del novelista, trampolín sobre un segundo ciclo de literario caudal torrentino” (“Torrente Ballester, mi padre”).
Otros ámbitos
El libro de Ponte Far se asoma también a las relaciones de Torrente Ballester con la ciudad de A Coruña, menos intensas que las que mantuvo con las otras tres ciudades gallegas y cuya Diputación convoca cada año el ya prestigioso premio literario que lleva el nombre del escritor.
Pero además en estas páginas se incluye una resumida biografía de Torrente y unos interesantes ensayos sobre su figura y su obra literaria a cargo de Ángel Basanta y Carmen Becerra, un trabajo sobre sus artículos periodísticos en FARO DE VIGO, escrito por César Antonio Molina, y otros sobre los últimos años de su travesía y de las tertulias de Pontevedra y Baiona, que cuentan Francisco Javier Moldes Fontán y Miguel Viqueira, así como un curioso ensayo sobre la faceta poco conocida de Torrente Ballester como crítico de cine, escrito por José Antonio Pérez Bowie.
En realidad, el libro de José A. Ponte Far recoge sólo las ciudades que influyeron en la obra de Torrente Ballester y en las que el escritor situó a sus personajes, como las tres que se citan. Es verdad que vivió muchos años en Salamanca pero esta ciudad apenas aparece en sus novelas. Y por supuesto que Bueu fue uno de los escenarios destacados de «Los gozos y las sombras», pero entiendo que no es una ciudad y por eso no se incluye aunque en el libro hay referencias.
Lo que dice Jesús Cabaleiro es muy cierto, no incluir a Vigo, Salamanca y hasta Bueu en las ciudades de Don Gonzalo, hace que el libro quede en deuda. La caricatura de Xulio Formoso es de antología, logró de manera magistral con poquísimos trazos de una sencillez genial incluír las ciudades en un solo paisaje de fondo, hasta la Torre de Hércules a la izquierda por sobre la Plaza Mayor y la Casa Lis. Cada dibujo del paisano es siempre una sorpresa de excelencia. Me uno a las felicitaciones de Cabaleiro y las multiplico.
Por cierto su caricatura de Umberto Eco que publicó este sábado el Faro de Vigo es tan magistral como esta de Torrente. La echamos en falta en el artículo que publicaron aquí hace unos días.
No conozco el libro editado pero sí decir que hay otras ciudades vinculadas a Torrente Ballester que el autor del libro no cita, la primera Vigo, donde dio clases y la segunda y donde vivió 25 años, Salamanca, donde está su estatua en el Novelty, afamado café de la Plaza Mayor. Acertadamente la incluye Xulio Formoso en su magnífica caricatura que refleja ya no solo las catedrales sino hasta se insinua la Casa Lis, felicidades paisano.