El jugador del Barça Antoine Griezmann ha puesto fin a su contrato publicitario con la firma china de telefonía Huawei, porque existen «fuertes sospechas» de que la compañía participa en el control policial de la minoría turcófona musulmana uigur, perseguida por el gobierno de Pekín.
El diario francés Le Monde recoge una información del diario estadounidense Washington Post y la empresa especializada en videovigilancia IPVM (que en su página web se define como «la primera autoridad mundial en materia de vigilancia, creada en 2008, independiente, no acepta ni publicidad ni apadrinamientos, ni consejos de empresas», según la cual un informe interno de Huawei explica que en 2018 la empresa trabajó con la start-up china Megvii en el desarrollo de un programa de reconocimiento facial capaz de estimar la edad, el sexo y el origen étnico de una persona, y proporcionar «alertas sobre la presencia de uigures».
El informe, encontrado en la página web de Huawei fue retirado poco después de que el diario americano e IPVM contactaran a las dos empresas antes de la publicación de su artículo.
Griezmann, quien tenía un contrato como embajador de la marca Huawei desde 2017, ha comunicado este jueves 10 de diciembre de 2020, su decisión de poner «un final inmediato a su colaboración» con el gigante chino de las telecomunicaciones en la cuenta de Instagram OuÏghour News, donde le habían interpelado acerca de su posición respecto a la persecución que desde hace varios años sufren los doce millones de uigures residentes en Xinjiang, una región del oeste de la República Popular China, fronteriza con Afganistán y Pakistán, donde las autoridades prueban «técnicas ultrasofisticadas de control policial con la excusa del mantenimiento de la estabilidad y la lucha contra el extremismo».
Según el diario deportivo L’Equipe, Griezmann ha emplazado a Huawei «a que no se contente con negar las acusaciones sino que, lo más rápidamente posible, emprenda actuaciones concretas para condenar la represión masiva de la minoría uigur, y use su influencia para contribuir al respeto de los derechos fundamentales de los hombres y las mujeres en la sociedad».
El miércoles 9 de diciembre, la organización de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch aseguraba en un informe que en la región de Xinjiang habían detenido a algunos musulmanes tras haber sido «reconocidos» por un programa que detecta los «comportamientos sospechosos».
Huawei no es la única empresa china acusada de poseer programas de reconocimiento facial que permiten detectar a las personas de apariencia uigur. Los gigantes chinos de la seguridad Hikvision y Dahua (dos de los mayores productores mundiales de cámaras de videovigilancia, sistemas de alarma y soluciones de gestión) firmaron en 2018 contratos con el gobierno chino por valor de mil millones de dólares (unos 910 millones de euros) para montar proyectos gubernamentales de vigilancia de la población en la misma región de Xinjiang.