La hipertensión arterial constituye un serio problema de salud pública que afecta al organismo, sobre todo al corazón, al riñón y a la retina. La obesidad y el síndrome metabólico se asocia al sedentario, y proviene de hábitos de vida poco saludables, como el tabaquismo, la ingesta de alcohol y el sobrepeso.
Actualmente, debido a los hábitos de vida, sobre todo en las grandes ciudades, es frecuente que pacientes jóvenes también tengan la tensión alta y padezcan obesidad por la falta de ejercicio físico y la ingesta de bollería industrial, alimentos procesados, etc. Este enemigo silencioso llega a alterar al organismo de una manera no invasiva, y la persona puede desconocer que tiene esta enfermedad.
Los valores de presión arterial se deben tomar en estado de reposo, y el paciente no debe tener ningún grado de nerviosismo o excitación. Es conveniente que tampoco haya tomado café ni bebidas alcohólicas ni haber fumado por lo menos 30 minutos antes de tomarse la presión.
Los grados de hipertensión se clasifican en:
• Normal < 120/80 mm Hg.
• Prehipertensión 120-139/80-89 mm Hg.
• Hipertensión:
– Grado I: 140-159/90-99 mm Hg.
– Grado II: 160-179/100-109 mm Hg.
– Grado III: ³ 180/120 mm Hg.
La hipertensión arterial realmente se debe prevenir y se debe de bajar solamente con medidas adecuadas, como son ingerir menos sal, no tomar azúcar, bajar entre cinco y diez kilos de peso, y procurar andar todos los días al menos media hora. En los casos en los que se deba abordar de manera urgente, bien porque esté muy alta o bien porque afecte de manera severa al organismo, se trata con fármacos que harán que baje en pocos días y el paciente note un alivio importante.
Si se tiene una hipertensión arterial asistólica aislada, es decir cuando las cifras son de 140 mm de Hg y la mínima o diatólica es de 90 mm de Hg, es un importante factor a considerar sobre todo si la persona tiene más de 65 años. En este caso, las arterias están endurecidas y puede contribuir a aumentar el riesgo.
Cuando la hipertensión es resistente o refractaria, y no se reduce a menos de 140/90 mm Hg con un régimen de medicamentos, hablamos ya de una hipertensión maligna, en donde el corazón, sobre todo, el riñón y la retina, pueden estar comprometidos. Si además el paciente padece diabetes mellitus, enfermedad crónica renal, es mujer y tiene antecedentes familiares, el riesgo es realmente alto.
Si tiene una problema cardíaco debe saber que el corazón es una bomba que envía la sangre a todos los tejidos; cuando trabaja con HTA se contrae con más fuerza, lo que origina dilatación e hipertrofia (aumento de tamaño). La hipertrofia cardíaca es un arma de doble filo que provoca un aumento en la fuerza de contracción, y luego una insuficiencia cardiaca, al ser incapaz el corazón de suministrar los nutrientes y el oxígeno que requieren las células. Esta complicación denominada cardiopatía hipertensiva lleva irremediablemente a la muerte del paciente si no se atiende adecuadamente en sus inicios.
De igual forma, el daño a los riñones supone una nefropatía hipertensiva que es causa de una insuficiencia renal crónica terminal cuando los riñones son incapaces de eliminar las sustancias de desecho del metabolismo y estas aumentan en sangre. Cuando se comprueba que los valores de la creatinina en sangre son superiores a 132 mm, los riñones se ven afectados y, por ello, se dañan indefectiblemente.
En algunas persona con el síndrome de la bata blanca se observa que tienen cierto nerviosismo cuando se les va a decir la tensión que tienen y les sube inevitablemente. Si se la toma una persona que no es un médico, la cifra pasa a ser normal. Es muy importante conocer el diagnóstico para saber si los pacientes tienen un menor riesgo de morbilidad y mortalidad cardiovascular que los pacientes con hipertensión mantenida y, por tanto, corren el riesgo de recibir un tratamiento innecesario que no está exento de efectos secundarios.
Aunque no es normal que un niño tenga la tensión alta, puede suceder, y también será una cuestión «curable», dado que existen diversos factores fisiológicos que aún están en crecimiento que puede hacer que la procuren.
Esta enfermedad suele ser típica de personas que trabajan sin moverse en una oficina y que no hacen ejercicio aeróbico nunca. De igual forma, estos pacientes tienen grasa abdominal y/o el síndrome metabólico, aunque no se lo hayan diagnosticado. Entre los medicamentos empleados para el control de la hipertensión arterial se encuentran los diuréticos que incrementan la diuresis o eliminación de orina, los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina –una enzima que genera la angiotensina II, un potente vasoconstrictor que eleva la presión arterial–, los bloqueadores de los canales de calcio y los bloqueadores de los receptores de angiotensina.
Las complicaciones de un paciente con hipertensión supone que tengan un grave riesgo de muerte, encefalopatía hipertensiva, hemorragia cerebral, angina de pecho inestable; infarto agudo de miocardio; insuficiencia ventricular aguda con edema pulmonar; aneurisma disecan de la aorta (dilatación que puede romperse y provocar una hemorragia masiva fatal); eclampsia en mujeres embarazadas, entre otras cuestiones realmente complejas.
Un cambio del estilo de vida, evitar el sedentarismo, tener una dieta mediterránea, eliminar hábitos como el alcohol y el tabaco y controlar el peso corporal harán junto a la medicación que cese el riesgo grave que padece si se sostiene en el tiempo. Los pacientes con tensión alta deben disminuir la sal de mesa y consumir menos de 5 g/ de sal al día (una cucharadita de postre) distribuida entre todos los alimentos. Por otro lado, deben evitar las proteínas de origen animal por su alto contenido en sodio con lo cual si son cocidos eliminarán ese problema.
De igual forma, deben tomar potasio porque este les protege de la hipertensión; tomates, col, leche, cítricos, etc. Hay que evitar la grasa de cerdo, los aceites de origen vegetal y evitar la mantequilla, los productos lácteos y los embutidos y mantecas. Por otro lado se tendrá que tomar más fibra, antioxidantes, y se debe aumentar las frutas y verduras para evitar complicaciones que pueden producir el estreñimiento.
La eliminación del tabaco evitará el incremento que estos pacientes tienen si ademas padecen hipertensión así como el alcohol que incrementa el riesgo de enfermedad vascular encefálica y disminuye la efectividad de la terapia hipotensora. Hay que ser responsables a la hora de decidir si se quiere cambiar de hábitos de vida o si se quieren correr los innecesarios riesgos que supone vivir con la tensión alta. La prevención es la solución y si ya la tiene, debe vigilarla al menos durante dos o tres meses al menos tres veces al día para comprobar que es efectivo el cambio y que esta enfermedad realmente tiene solución.





Leo este articulo y quedo muy sorprendida: «Hay que evitar los aceites de origen vegetal y los lacteos». ha querido decir los aceites o grasas de origen animal y algunos de origen vegetal?, y sobre los lacteos, todos? o si se pueden consumir los desnatados?. Aunque en el caso de los lacteos, ultimamente he oído varias voces de científicos muy acreditados que dicen que los lacteos son protectores en el caso de la hipertensión y la hipercolesterolemia, y no seria necesario tomarlos desnatados.