Médicos Sin Fronteras (MSF) informa que desde la tarde del jueves 8 de agosto de 2019, Aden se encuentra en estado de guerra: «en la ciudad están teniendo lugar violentos combates entre diferentes grupos armados. En menos de 24 horas, han ingresado 119 personas en el hospital de Médicos sin Fronteras, 62 de ellas en urgencias, y no cesan de llegar heridos. El aeropuerto está cerrado y la ciudad totalmente paralizada».
Aden es una ciudad y puerto natural del sur de Yemen con cerca de un millón de habitantes. Las cifras oficiales, procedentes de la Oficina de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas, hablan de cuarenta muertos en el fin de semana.
«La mayor parte de los heridos –explica Caroline Seguin, responsable de programas de Médicos sin Fronteras (MSF) en Yemen- son civiles que se han visto atrapados en los combates entre milicias separatistas y fuerzas gubernamentales, víctimas de disparos de mortero o de balas perdidas. La ciudad es un campo de batalla, se escuchan disparos de armas pesadas y hay tanques circulando por las calles».
«Resulta doloroso constatar que mientras los fieles islamistas de todo el mundo celebran el Aid al-Adha, («la fiesta del sacrificio» que coincide con el final de la peregrinación anual a La Meca), muchas familias están llorando la muerte de sus seres queridos», ha dicho en un comunicado Lise Grande, coordinadora humanitaria de la ONU.
El aeropuerto está cerrado y el puerto amenazado de paralización, y hay que tener en cuenta que se trata del último puerto que está funcionando en el país, y que por él llegan las importaciones y gran parte de la ayuda humanitaria.
«Nuestro hospital está desbordado –continúa Caroline Seguin- nuestros equipos trabajan día y noche sin pausa para atender a los numerosos heridos en los combates. La ciudad está paralizada, algunos de nuestros trabajadores no pueden llegar al hospital porque las calles se cortan sin previo aviso. Tememos que en algún momento dejemos de recibir provisiones. Si la situación se sigue degradando y Aden acaba paralizada podría tener un impacto considerable en los precios, muy afectados ya por la inflación existente, y la gente tendría problemas para acceder a los artículos de primera necesidad».
Las circunstancias del inicio de los enfrentamientos son confusas, según la prensa internacional, que también señala que algunos responsables separatistas acusan al partido islamista Al-Islah de la muerte de un alto mando de la fuerza «Cordón de seguridad» que apoya su causa.
Lise Grande, quien se muestra preocupada porque a los civiles atrapados en sus casas empiezan a faltarles alimentos y agua, asegura que «nuestra principal preocupación en este momento es enviar equipos médicos para socorrer a los heridos», y recuerda la las partes en conflicto «sus obligaciones con respecto al derecho humanitario internacional», así como que tienen que hacer todo cuanto esté en su mano «para proteger a los civiles».