Investigadores de la Universidad del Sur de California en Estados Unidos han descubierto un medicamento actualmente utilizado para tratar el ictus y otros accidentes cerebrovasculares, podría ser útil en la prevención de la enfermedad de Alzhéimer.
El hallazgo ha sido publicado en el Journal of Experimental Medicine que muestra la proteína que está modificada mediante ingeniería genética que protege los cerebros de los ratones que padecen síntomas similares a la enfermedad de Alzhéimer ya que reduce la acumulación de péptidos tóxicos y previene la pérdida de memoria. La proteína 3k3A-APC es una versión que está modificada genéticamente de una proteína de la sangre humana llamada proteína C activa que reduce la inflamación y protege las neuronas como las células que recubren los vasos sanguíneos contra la degeneración y posterior muerte.
En la investigación se da cuenta de la importancia de esta sustancia para tratar lesiones cerebrales traumáticas, esclerosis múltiple y accidentes cerebrovasculares en humanos, ya que se tolera bien y es capaz de reducir el sangrado intracerebral. De igual forma se ha comprobado que al reducir la acumulación de beta-amiloide en el cerebro de los roedores, se produjo gran cantidad de péptido tóxico, y por ello se evitaron las pérdidas de memoria y se mantuvo el flujo sanguíneo normal en el mismo. Esto da lugar a que sea un posible enfoque futuro en las etapas iniciales de la enfermedad de Alzhéimer cuando el betamiloide aún no se ha desarrollado y aún no ha dañado al cerebro.