Los asesinatos de profesionales de la comunicación han disminuido en el mundo, pero casi nueve de cada diez de esos crímenes quedan impunes, señala un informe de la Unesco este lunes 2, Día Internacional para Acabar con la Impunidad de los Crímenes contra los Periodistas.
«Aunque estamos viendo un descenso en el número de periodistas asesinados en todo el mundo, demasiados de ellos siguen pagando el precio final por sus reportajes», dijo Audrey Azoulay, directora general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
De acuerdo con la Unesco, en 2018-2019 se registraron 156 asesinatos de periodistas en todo el mundo, de los cuales 57 en 2019, el total anual más bajo en una década. Fueron mujeres siete por ciento en 2018 y nueve por ciento en 2019, informa IPS.
En la última década fueron asesinados casi mil periodistas y colaboradores, y los peores años fueron 2012, con 124 fallecidos, y 2015, con 116.
La oenegé Reporteros Sin Fronteras (RSF) informó de que al menos 32 periodistas y colaboradores de prensa han sido asesinados en lo que va de 2020.
En 2019, señala la Unesco, la región de América Latina y el Caribe presentó el mayor número de asesinatos, veintitrés (40 por ciento), seguida de Asia y el Pacífico con quince, los Estados árabes con diez y África con siete.
En América Latina y el Caribe la violencia contra los comunicadores se mantiene alta, con al menos dieciocho asesinatos en lo que va de año, de los cuales ocho en México, tres en Honduras, dos en Brasil, y uno en Barbados, Colombia y Guatemala, según la Sociedad Interamericana de Prensa.
Las cifras muestran que los asesinatos disminuyeron más en los países que sufren conflictos armados, y el descenso ha sido menor en los que no los padecen.
Se trata de «una tendencia preocupante», según la Unesco, con periodistas asesinados ahora fuera de los escenarios de guerra, por informar sobre corrupción, violaciones de los derechos humanos, delitos ambientales, tráficos ilícitos e infracciones de carácter político.
El informe también señala que el periodismo sigue siendo una profesión peligrosa que se enfrenta a muchos tipos de amenazas, violencia y acoso. Las mujeres periodistas son objeto de ataques de género en línea y fuera de línea, que van desde el acoso hasta la agresión física y sexual.
Según RSF, la presencia de la pandemia covid-19 y el confinamiento que la acompaña «ha cambiado la situación en el terreno. Menos periodistas han muerto pero ha habido más presiones y abusos. Las amenazas son cada vez más sutiles y mucho más difíciles de combatir».
Aunque en el último decenio se ha matado a un periodista cada cuatro días en todo el mundo, la impunidad de estos crímenes sigue prevaleciendo.
Se indicó que 13 por ciento de estos casos se resolvieron este año a través de un proceso judicial completo, una ligera mejora en comparación con 12 por ciento en 2019 y apenas 11 por ciento en 2018.
Azoulay dijo que en la Unesco «seguimos profundamente preocupados por los crecientes riesgos a los que se enfrentan los profesionales de los medios de comunicación fuera de las situaciones de conflicto, y la persistente impunidad de estos ataques».