Con la tragedia reflejada en el rostro, diez mujeres de la etnia maya ixil dieron su testimonio ante una corte de justicia, esta semana, en torno a los abusos sexuales y las torturas de que fueron objeto, durante el período de mandato del ex dictador Efraín Ríos Mott, cuando resultaron víctimas de los atropellos que sufrieron a manos de los soldados del régimen, informa ALC.
Con voz asustadiza todavía, a pesar del tiempo de los hechos transcurrido, las mujeres contaron cómo los soldados abusaban de ellas sexualmente, mientras sus madres les pedían que no lloraran ni gritaran para evitar que las asesinaran, como hicieron con otras. Mientras una mujer recordó que fue violada durante diez días en un destacamento militar del municipio de Cotzal, luego que su esposo desapareciera y fuera llevada allí en contra de su voluntad. Y suplicó a los magistrados: “Sufrí bastante. Ahora solo quiero que me ayuden”.
Otras historias narradas, durante el proceso que se le lleva al ex dictador Efraín Ríos Mott por genocidio, cuentan de mujeres que fueron llevadas a la iglesia católica de Cotzal y golpeadas y violadas allí.
Con el dolor a flor de piel, todavía, Francisco Velasco, un campesino pobre de 52 años y originario de Salquil Grande, en el municipio de Nebaj, relató que a su hija le abrieron el pecho y le sacaron el corazón, cuando el ejército llegó a su comunidad en agosto de 1982 y mató a 12 miembros de su familia, además de su madre, sus hijas y sus sobrinos. Y soltó un sollozo cuando preguntó: “¿Y qué culpa tenía la niña?”
Mientras, fuera de la sala de audiencias de la Corte Suprema de Justicia, una manifestación de mujeres se solidarizaba con las indígenas a través de carteles, pancartas y manifestaciones públicas que exigen que, en el caso de las abusadas, se haga justicia.
Según uno de los miembros del tribunal, a pesar de que el juicio es por genocidio, los testimonios en torno a las violaciones sexuales caben en un proceso como elementos subyacentes de destrucción de grupos indígenas que sufrieron, en carne propia, las consecuencias de la dictadura, sobre todo en el triángulo ixil, que integra a los municipios de Chajul, Nebaj y Cotzal, en el departamento Quiché, poblado por los descendientes de los mayas que conforman esta etnia.
Tanto Ríos Montt como su ex oficial de inteligencia militar José Rodríguez, vienen siendo juzgados en un proceso abierto por la masacre de mil 771 indígenas mayas ixiles, la cual tuvo lugar entre los años 1982-83, durante la guerra intestina que sufrió Guatemala por 36 años (1960-1996), y que, según datos de la ONU, dejó el triste saldo de 200 mil personas entre desaparecidas y muertas. Razón por la cual la sociedad guatemalteca pide hoy, a pesar de la distancia en el tiempo, que se haga justicia contra los dictadores y criminales.