La procedencia, el tamaño, la curación o el sabor son algunas de las diferencias de estos dos productos, los cuales tienen en común que son de máxima calidad, siendo un acierto seguro para los paladares más exquisitos
El jamón de bellota y la paleta de bellota son, ante todo, dos productos ibéricos de una excelente calidad. Sin lugar a dudas, son dos de los estandartes gastronómicos de nuestro país que, además, son reconocidos en todo el mundo. Los paladares más exquisitos aprecian de una manera magistral tanto el jamón como la paleta sabiendo degustarlos de una manera óptima.
Antes que nada hay que explicar por qué se refiere a estos tipos de jamones y a estas paletas como 100% de bellota. La razón es muy sencilla: estos provienen de cerdos que se alimentan de bellotas exclusivamente durante la montanera, que es el período de engorde.
Aunque el jamón y la paleta son productos muy similares, ambos encierran unas peculiaridades que hacen diferenciarlos. Una de las principales diferencias es la procedencia de la parte del cerdo. Por un lado, el jamón proviene de la pata trasera, mientras que la paleta de la pata delantera.
Esto lleva a una nueva diferencia: el tamaño. El jamón es generalmente más grande que la paleta, por lo que el peso del mismo también es superior. El peso de un jamón puede oscilar entre 6 y 10 kilos, aproximadamente; y el de una paleta iberica entre 4 y 7, más o menos.
Estas son dos diferencias visuales, pero después entra en juego el sabor, donde también hay distinciones. El sabor del jamón es más jugoso, más profundo y más complejo; mientras que el de la paleta, que tiene menos grasa, tiene un sabor excelente pero menos complejo que el del jamón. Esto se debe, entre otras cuestiones, a la curación del producto, ya que el jamón tiene un proceso más largo, que puede durar entre 2 y 3 años, por los 1 o 2 años que puede ser el de la paleta, aproximadamente.
Por último, también hay una diferencia en el precio. El jamón de bellota es más caro que la paleta, algo que es obvio después de todas las diferencias señaladas anteriormente.
La elección
Lo primero que hay que destacar es que tanto el jamón de bellota como la paleta de bellota son productos de máxima calidad. En este contexto, cualquier elección sería buena para un experto y para cualquier persona que quiera degustar y disfrutar de la excelencia de un producto. Si bien es cierto, dependiendo del coste o de la ocasión, la elección puede decantarse por una u otra, ya que los sabores son diferentes, pero ambos, exquisitos.
La procedencia del producto también arranca diferentes entre jamones y paletas. Así, existen las Denominaciones de Origen Protegidas (DOP), que se tratan de indicaciones geográficas que certifican que un producto en cuestión proviene de una localización concreta. En España hay muchas denominaciones, cada una con sus características.
DOP Jabugo
Esta Denominación de Origen abandera la calidad y la excelencia de sus productos, no solo en España, sino también en el mundo entero. La región está concentrada en dehesas de los pueblos del entorno del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, en la provincia de Huelva, donde existe un clima único, y donde los cerdos ibéricos viven en unas condiciones óptimas para después certificar la máxima calidad.
Dentro de la Denominación de Origen Jabugo existen marcas específicas, que producen los jamones y los comercializan. La DOP es el encargado de certificar los estándares de calidad. Una de las marcas que trabaja bajo la Denominación de Origen Jabugo es Alba Romero, una empresa que ya cuenta con más de dos décadas de experiencia elaborando productos 100% ibéricos de bellota. Crían a sus animales en un entorno privilegiado con encinas y alcornoques en total libertad. En la búsqueda de la excelencia está el secreto para que después salgas productos de máxima calidad al mejor precio con la garantía de que son 100% ibéricos de bellota, que es una apuesta segura.
En resumen, tanto el jamón de bellota como la paleta de bellota representan la cúspide de la excelencia gastronómica ibérica. Cada uno tiene características únicas que se adaptan a diferentes preferencias y ocasiones, siendo el jamón más complejo y jugoso, y la paleta más accesible pero igualmente deliciosa. La elección entre ambos depende del contexto y del gusto personal, pero ambos garantizan una experiencia culinaria excepcional y auténtica, digna de los paladares más exigentes.