Javier Sinay, periodista argentino interesado en historias criminales y judiciales; y en asuntos culturales, ha sido galardonado por su trabajo «Rápido, furioso, muerto» en el apartado de Texto de la tercera edición del Premio Gabriel García Márquez de Periodismo, fallados el 30 de septiembre de 2015 en Medellín, Colombia, informa la FNPI.
Siempre atento a los campos del reportaje y la crónica, Javier Sinay es editor de la revista Rolling Stone, de Argentina, y autor de los libros de no ficción «Los crímenes de Moisés Ville: Una historia de gauchos y judíos» (2013) y «Sangre joven: Matar y morir antes de la adultez» (2009), que mereció el Premio Rodolfo Walsh en la XXIII Semana Negra de Gijón, España. También es autor de un perfil del excapitán de la Armada Argentina Jorge “Tigre” Acosta, publicado en la antología «Los malos» (editada por Leila Guerriero, Ediciones UDP).
Sus textos han aparecido en los diarios La Nación, Clarín y Crítica de la Argentina; y en las revistas Etiqueta Negra, Gatopardo, Letras Libres, Ñ, Orsai y Zona de Obras, entre otras; y lleva adelante el sitio de cultura negra elidentikit.com. Ganó un Premio del Fondo Nacional de las Artes, un Premio TEA y tres Premios Perfil. Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Buenos Aires.
Rápido, furioso, muerto
El crimen de Axel Lucero (ocurrido el 25 de febrero de 2013) pasó fugazmente por los diarios argentinos: se informó sobre el caso dos o tres días, y luego ya no. Lucero, un chico de 16 años que vivía en la periferia de La Plata (la capital de la provincia de Buenos Aires), murió a manos de un policía de civil (también joven: un sargento de 25 años) que iba al gimnasio cuando fue abordado por dos muchachos que le quisieron robar la moto.
Lucero era uno de ellos. Su asesinato –considerado por la Justicia como “legítima defensa”, no sin polémica– dejó al descubierto dos costumbres de los suburbios argentinos: la de los policías que, aunque vayan de civil, cargan su arma y la usan sin medir consecuencias (entre 2003 y 2013, 455 personas murieron por disparos de policías que estaban fuera de servicio) y la de los muchachos que salen a robar motos en la calle (en las zonas de recursos medios y bajos las motos de pequeña cilindrada son la gran opción para moverse). Así, el crimen de Axel Lucero sirve como caso testigo de una realidad que ha ido gestándose en los últimos tiempos y que hoy va en expansión.
El jurado consideró que con el relato del intento de robo de una motocicleta en una calle de Buenos Aires, Javier Sinay construye una historia eficiente en su descripción del mundo juvenil de la pequeña delincuencia, y destacó en esta pieza la energía en la escritura y la calidad de la reportería para reunir, como haría un novelista, información significativa sobre la vida de un barrio.
También destacó el jurado que, de manera específica se puede notar, casi como un modelo, la distancia que logra el autor frente a los hechos, sin culpar o absolver a nadie de lo que termina siendo una muerte: «La capacidad de Sinay en la captura de las voces de los jóvenes es un punto que no escapará al lector en esta investigación de alta calidad».