Los próximos días 20 y 21 de febrero (2024) el Tribunal Superior de Londres va a estudiar la última apelación nacional posible de Julián Assange contra la demanda de extradición de Estados Unidos. En caso de que pierda, a Assange solo le queda el Tribunal Europeo de Derechos Humanos que, lamentablemente, la justicia del Reino Unidos ignora cada vez más.
Antes de esas fechas, y después de saber que el pasado martes, 6 de febrero, la nueva relatora especial de Naciones Unidas sobre la Tortura, Jill Edwards, ha pedido al Reino Unido que, en cualquier caso, suspenda la extradición a Estados Unidos porque, en caso de llevarse a cabo, «Assange podría sufrir un tratamiento equivalente a tortura, malos tratos o castigos», del 6 al 8 de febrero en el Parlamento Europeo se puede ver una exposición sobre los numerosos premios recibidos por Julián Assange, por sus trabajos periodísticos.
El 14 de febrero, el Club de Prensa de Ginebra y Reporteros sin Fronteras-Suiza, han organizado una ruda de prensa online con Stella Assange, la esposa del acusado; y el día 15 de este mes habrá un acto online organizado por la Freedom of the Press Foundation sobre Assange, en el que intervendrán Cindy Cohn, directora ejecutiva de Electronic Frontier Foundation, Carrie DeCell, abogada y directora ejecutiva de la Freedom for the Press Foundation, y Ben Wizner, director del proyecto Speech, Privacy an Technology de la ACLU (American Civil Liberties Union, organización estadounidense de defensa de las libertades civiles).
Volviendo a la declaración de Jill Edwards, la relatora especial sobre la tortura ha señalado que Assange padece un trastorno depresivo recurrente y que corre el riesgo de intentar suicidarse: «El riesgo de ser sometido a un confinamiento solitario prolongado, a pesar de su precario estado de salud mental, y de recibir una condena potencialmente desproporcionada plantea dudas sobre si la extradición de Assange a Estados Unidos sería compatible con las obligaciones internacionales del Reino Unido en materia de derechos humanos, en particular en virtud del artículo siete del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, así como de los respectivos artículos tres de la Convención de la ONU contra la Tortura y del Convenio Europeo de Derechos Humanos»..
Además, la experta ha añadido que las garantías diplomáticas de trato humano ofrecidas por el Gobierno de Estados Unidos no son suficientes para proteger a Assange frente a ese riesgo.
En Estados Unidos Julian Assange se enfrenta a numerosos cargos, entre ellos la Ley de Espionaje de 1917 por la presunta publicación ilegal de despachos y documentos diplomáticos y de otro tipo a través de WikiLeaks. Si es extraditado, podría ser recluido en aislamiento prolongado a la espera de juicio, o como recluso. Si es declarado culpable, podría ser condenado hasta 175 años de prisión.