El fotoperiodista egipcio Mahmoud Abu Zeid, conocido como ‘Shawkan’, deberá seguir esperando la decisión sobre su sentencia final. Ha vuelto a ser pospuesta en esta ocasión hasta el 8 de septiembre.
No obstante, la lectura de la sentencia para los otros acusados en la macrocausa de las protestas masivas del 14 de agosto de 2013, incluyen 70 penas de muerte.
La fiscalía había solicitado también la pena máxima, de muerte por ahorcamiento, para el fotoperiodista, quien se enfrentaba a nueve cargos, además de la posible pena de muerte, cadena perpetua por acusaciones que incluyen “el asesinato, el intento de asesinato, la pertenencia a un grupo ilegalizado”, -en alusión a los Hermanos Musulmanes- así como “la participación en una manifestación ilegal y la posesión de armas”.
Shawkan fue detenido el 14 de agosto de 2013 mientras fotografiaba la matanza de la plaza de Rabaa al Adawiya, en la que se encontraban miles de seguidores del presidente Mohamed Mursi, derrocado previamente por los militares el 3 de julio de 2013.
Se calcula que cerca de 900 manifestantes murieron tiroteados por la policía cuando trataba de dispersar la protesta, en los hechos más sangrientos ocurridos después del golpe de Estado.
Shawkan lleva casi cinco años en prisión y más de dos años y medio de interminables sesiones judiciales. Ahora, nuevamente, se produce un nuevo retraso en este caso para leer la sentencia.
El grupo de trabajo de detenciones arbitrarias de Naciones Unidas, desde octubre de 2016 consideró su detención como arbitraria.
El pasado mes de mayo, Abu Zeid fue galardonado con el premio de libertad de prensa de la Unesco. Shawkan ya había recibido otros premios durante su largo cautiverio: la sección de fotógrafos del Sindicato de Periodistas de Egipto le otorgó el premio anual 2017 y el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, siglas en inglés) le concedió el premio internacional por la libertad de prensa en 2016.
Reporteros Sin Fronteras (RSF) y Amnistía Internacional (AI) pidieron su liberación en una concentración ante la embajada de Egipto en Madrid el pasado 26 de julio a la que acudieron medio centenar de personas. Shawkan está apadrinado por periodistas españoles en el marco de la campaña de apoyo a encarcelados de RSF España y Amnistía Internacional.
La petición de pena de muerte es algo «disparatado», según la vicepresidenta de Reporteros Sin Fronteras y madrina de Shawkan, Macu de la Cruz. «Es como convertir en delincuencia el periodismo. Eso es lo que hace el régimen de Al Sisi», denunció.
De la Cruz se había declarado «poco optimista», ante la posible sentencia, indicando que lo máximo que esperaba es que fuera condenado a una pena menor que no implique la muerte. «El caso de Shawkan es simbólico para la libertad de prensa, lo que queremos es que salve la vida, que no lo condenen a muerte como pide el fiscal en ese proceso disparatado”, expresó.
“Para Reporteros Sin Fronteras Shawkan es un símbolo muy claro de lo que hace el régimen de Al Sisi con la prensa en general y con los periodistas egipcios en particular, que convierte al periodismo en un delito”, denunció la vicepresidenta de RSF España. La organización tiene documentados otros 27 casos de periodistas detenidos o encarcelados actualmente en Egipto.
«Queremos esperar lo mejor, pero lo cierto es que no es la primera vez que en estos juicios colectivos lo que ha pasado es que se han dictado condenas de muerte colectiva. Ojalá no sea ese el caso», apuntó la directora adjunta de Amnistía Internacional España, Eva Suárez-Llanos. «Fue detenido solo por estar ahí haciendo fotografías», recuerda.
Reporteros Sin Fronteras lanzó el pasado 10 de abril una campaña en las redes sociales #MyPicForShawkan, para apoyarlo tras condenar “la total desproporcionalidad de la sentencia de muerte propuesta” y reitera su llamamiento “a su liberación inmediata e incondicional. El único crimen de Shawkan fue intentar hacer su trabajo como fotógrafo”.
La sección de AI en España, que lo considera un preso de conciencia, sigue manteniendo una campaña permanente ‘Free Shawkan’ que ha recogido más de 233 500 firmas para solicitar su liberación.