A 46 días de las elecciones presidenciales de Brasil, la ecologista Marina Silva entró en campaña tras ser elegida como candidata del Partido Socialista Brasileño (PSB), en sustitución del fallecido Eduardo Campos, y es la rival directa de Dilma Rousseff, quien busca la reelección.
Ambas fueron colegas de gabinete cuando eran ministras del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva (2002-2010). Marina Silva se alejó del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) por diferencias en el manejo de temas ambientales, informa Andes.
La noche del miércoles, el PSB anunció a Silva como nueva candidata en reemplazo de Campos, quien murió la semana pasada en un accidente aéreo.
«Daré lo mejor de mí», señaló la exministra del Medio Ambiente, quien hasta ahora era candidata a la vicepresidencia, y expresó sus «propósitos de (luchar por) un Brasil más justo, económicamente próspero, socialmente justo, políticamente democrático, ambientalmente sostenible».
Desde Campos, la candidatura del PSB, se presentaba como una alternativa a los dos partidos que han gobernado Brasil en los 20 años: el PT de Lula y el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) del expresidente Fernando Henrique Cardoso.
Según una última encuesta publicada por Datafolha -la primera tras la muerte de Campos-, el candidato del PSDB, Aecio Neves, quien marchaba segundo en la contienda, fue superado por Silva, quien tendrá como compañero al diputado del PSB Beto Albuquerque.
El lanzamiento de la candidatura de Silva, que el jueves debe ser refrendada por el resto de la coalición, ocurre a menos de dos meses de las elecciones del 5 de octubre.
La encuesta de Datafolha divulgada el lunes mostró que Silva ganaría a Rousseff en un eventual segundo turno con el 47 % de las intenciones de voto frente al 43 % de la actual mandataria.
«El Partido de los Trabajadores tiene un voto cautivo de 30%, un tercio del electorado que siempre vota a su candidato», explicó a la AFP Mauro Paulino, director de la encuestadora Datafolha. Otro tercio del electorado, busca una alternativa, ese nicho es el que disputan Neves y Silva, precisó.
Los momentos cruciales de la campaña comenzaron esta semana, cuando se inició el horario de publicidad electoral en radio y televisión, y los mensajes de los candidatos llegan a los hogares de los brasileños. Rousseff tiene una gran ventaja gracias a su amplia coalición que le da el doble de tiempo televisivo que a Neves, que a su vez tiene el doble que Silva.
Al confirmar su candidatura, Marina Silva, de 56 años, leyó una carta de compromiso con el programa conjunto suscrito con los socialistas, que meses atrás recelaban de su alianza con la ecologista.
Silva, la profesora de Historia nacida en el corazón de la selva brasileña
Muy popular en las redes sociales y entre electores jóvenes, Silva fue en 2010 la tercera candidata más votada en las presidenciales, con 20 millones de votos, entonces con el minúsculo Partido Verde.
Campos y Silva intentaban limar diferencias entre los socialistas y el grupo de la ecologista. La candidata anunció el miércoles que seguirá sin apoyar directamente las alianzas que no aprobaba con partidos tradicionales en las elecciones regionales.
De imagen y salud frágiles, por años de enfermedades de la selva, Marina Silva tiene una historia tenaz de luchas y empeño.
Nacida en una comunidad de colectores de caucho, una entre once hermanos en el interior del amazónico estado de Acre (norte), Silva, profundamente religiosa y evangélica, fue analfabeta hasta los 16 años.
Madre de cuatro hijos, trabajó como empleada doméstica mientras aprendía a leer y escribir, y se formó en historia, antes de volver a sus orígenes, al lado del mítico líder amazónico Chico Mendes, asesinado en 1988.