La familia del periodista marroquí Omar Radi teme que muera en prisión. En unas declaraciones a una página web inglesa, especializada en asuntos del Magreb, manifiestan que tal vez ″no sobreviva sus últimos años tras las rejas».
El periodista fue condenado en 2021 a seis años de prisión en una decisión que tuvo muchas dudas legales y con una acusación con ″argumentos especulativos”. De hecho, se expulsó a un abogado belga que había acudido a seguir el juicio.
La página web Al-Maghrebi, fundada por el periodista británico Martin Jay, se reunió con la familia de Omar Radi para hablar sobre sus condiciones en prisión. Sostienen que Omar Radi ″cometió un error cuando publicó un informe sobre la corrupción rampante a manos del Majzen, para encontrarse desacreditado, amenazado y finalmente encarcelado en 2020, por falsos cargos de espionaje y violación”.
Hay que recordar ese conocido informe publicado en 2016, el llamado caso de las ‘áreas privadas del Estado’ o ‘servidores del Estado’, una trama de adquisición urbanística en la que citaba a un centenar de personas, incluyendo cargos y oficiales de alto rango, que adquirieron terrenos públicos en Rabat por un precio muy inferior al de mercado, entre los que se encontraba el entonces embajador marroquí en España, Mohamed Fadel Benyaich, hermano de la actual embajadora en Madrid, Karima, quien ‘heredó’ el cargo.
A partir de 2020 el acoso a Radi se acentúa, primero se le condena a cuatro meses por desacato a un juez. Posteriormente, Amnistía Internacional alertó que su móvil había sido hackeado con un programa espía israelí. Este hecho motivó que siguiera su hostigamiento ya que fue acusado de ″obtener financiación extranjera en conexión con servicios de inteligencia”.
Finalmente en julio de 2020 fue acusado de violación y espionaje por los que fue condenado y cumple prisión. Numerosas ONG internacionales y de derechos humanos han denunciado su caso. Reporteros sin Fronteras le otorgó el Premio Independencia en 2022 y The Washington Post ha solicitado su libertad.
Su familia, que cree estar vigilada por la policía y fuerzas de seguridad, está muy preocupada por su seguridad tras las rejas. Cuando le preguntaron a su hermano Mehdi sobre su estado actual declaró: “La moral de Omar es buena, es la mentalidad de alguien que estuvo mucho tiempo en régimen de aislamiento, pero lo trasladaron a otra celda, con otros compañeros, y eso no le gustó”.
Omar sufrió una fractura en el hombro y su hermano explicó: “No tenemos muchos detalles, (…) añadiendo: «Se rompió el hombro, es lo que pasó».
Idris Radi, el padre de Omar, apunta: “Ahora goza de buena salud, mental y físicamente. Quiero decir, no es bueno estar en régimen de aislamiento, pero preferiría eso a estar con otras personas».
El padre añade: ″No podía salir a tomar descansos con los otros reclusos, sólo salía cuando ellos regresaban a sus celdas y los guardias lo vigilaban cada vez que salía”.
Aunque su familia no lo mencionó directamente, las fracturas de Omar y su aversión a convivir con la población carcelaria general indican un patrón de abuso y torturas, según la página web Al-Maghrebi.
Todo lo que Omar Radi escribe ha sido confiscado. No es la primera vez. Le confiscaron el 1 de abril de 2022, durante su traslado de la prisión de Ain Sebaa (Oukacha) de Casablanca a Tiflet 2, todos sus documentos y notas personales. También le ordenaron dejar de escribir.
Según el sitio web inglés, el periodista marroquí parece estar siendo torturado en la cárcel y puede que no sobreviva a sus últimos años tras las rejas. ″A menos que la comunidad internacional se esfuerce por mantener a sus carceleros bajo control, puede perder la vida tras las rejas”, pronostican.