Vigésimo octavo día del décimo mes de 2023. Hemos vuelto a la nave para una nueva misión. Pero la desolación nos invade. Nos resultaron insoportables las imágenes del ataque de Hamás contra poblados y granjas, asesinando a más de mil cuatrocientas personas, la mayoría civiles y secuestrando a otras doscientas, pocas liberadas.
La respuesta de Israel no se hizo esperar y ha sido brutal, absolutamente desproporcionada, los ataques que su ejército está lanzando han provocado no mil sino miles de muertos, la inmensa mayoría también civiles, están sometiendo a la franja de Gaza a un bloqueo y a unos ataque por tierra, mar y aire que está masacrando a su población. Un ataque de un grupo armado un estado no puede convertirlo en una venganza sobre todo un pueblo, es ignominioso.
En un estado de derecho se investiga y se procura detener a los culpables para ponerlos a disposición de la justicia para que sean condenados, si resultan culpables, de acuerdo con la legalidad vigente.
Lo que está haciendo el estado de Israel no es un acto de defensa, es un acto de venganza.
Israel está sistemáticamente incumpliendo los acuerdos de la ONU para la resolución del conflicto, esa misma ONU que acordó en el año cuarenta y ocho del pasado siglo la creación de ese estado, está siendo ahora acusada de ser aliada de Hamás, cuando lo que pretende es poner un poco de cordura, relatar los hechos, denunciar la estrategia de Israel en su ambiciosa política de ocupación de territorio, de su responsabilidad en la generación de este conflicto. Y encontrar soluciones.
En estos mementos en los que el bloqueo de la franja de Gaza es total, en el que el aislamiento y los bombardeos están causando la destrucción masiva de sus edificios e infraestructuras, en el que la invasión parece inminente, hay que decir basta, hay que exigir el alto el fuego y que la ayuda humanitaria pueda socorrer a las víctimas. Hay que acabar con esta guerra, con este conflicto.
Hace más de un año un país europeo fue invadido por otro mucho más fuerte, la respuesta internacional fue contundente posicionándose al lado del país agredido ayudándole económica, política y militarmente, y ahí se sigue. No acabo de entender la hipocresía de los Estados Unidos, sus aliados y de la Unión Europea.
En esta ocasión y desde hace muchos años, la víctima es el pueblo palestino, pero parece que este pueblo no importa a nadie, es de una desvergüenza absoluta.
Hamás deberá responder ante los tribunales, Israel ante la comunidad internacional y ante la historia, esa historia que permitió, justamente, su existencia.