‘La luz de tu interior’ es un monográfico dedicado a las canciones para voz y piano del compositor Antón García Abril, compuestas de 2010 a 2015. Las canciones, 28 en total que se presentan en un cd doble, son interpretadas por la soprano Lucía Castelló y el pianista Alejandro Zabala, ambos extraordinarios conocedores de la obra del maestro Abril.
El disco se ha editado en Austria bajo el sello ClasicaEs, del que es propietaria y fundadora la propia soprano, Lucía Castelló, quien nacida en Gandía, reside y trabaja en Austria. Toda una biografía y una personalidad de mujer emprendedora, tanto en lo artístico como en lo empresarial y humano.
Ocurrió que durante la presentación en Madrid, el 27 de marzo de 2017 en La Quinta de Mahler, no hubo canciones en directo y nos tuvimos que conformar con el sonido del disco, ya que ambos intérpretes habían dado el 26 de marzo por la tarde, apenas unas horas antes, un concierto monográfico sobre el mismo en la Residencia de Estudiantes, pero fue una suerte contar con la presencia del propio Antón García Abril, quien conversó en forma de diálogo socrático con el periodista Arturo Reverter y, naturalmente, con los dos intérpretes, Lucía Castelló y Alejandro Zabala.
¿Hay evolución en las composiciones de García Abril?, quiso saber Reverter. «¡Pero esto lo deberías decir tú!, respondió el maestro, un compositor no debe hablar nunca de su obra, yo nunca he pedido nada para mi obra, nunca, nada, siempre han sido los intérpretes los que han pedido tocarla. No sabía ni que este cd se iba a hacer, pero soy de los que creen que todo compositor lo es de una obra única. ¿Que si hay evolución? Hay diferencia entre las primeras y las últimas obras en cuanto a la vivencia, la técnica (que es importantísima), el humanismo del compositor… que dejan un pálpito emocional que es diferente en cada caso. Y yo, si no me emociono, me callo, y si el público no me completa emocionándose, será un acto fallido. En cuanto a la utilización de los grandes poetas, inmerso en la tradición española, jamás pensé en romper con nada ni en romper nada. Es cierto que con el grupo Nuevos poetas querías acercarte a Europa, (subiendo la voz con mucho énfasis) L’avantgarde, he escrito dodecafonía… que hoy la oigo y no me reconozco… (Risas) No he destruido nada, todo forma parte de mí y no reniego de nada de lo que hice porque todo forma parte de mí».
Para Lucía Castelló, quien ya en su disco Cervantinas (2016) había cantado dos canciones del maestro dedicadas a la figura de Cervantes, el carácter principal de la música de García Abril es la libertad en lo armónico, la forma inesperada, los ritmos que no obedecen a una noción predeterminada. Es un desarrollo no sobre una base sino una entrada en Región (del Sí, por ejemplo). Las regiones sirven para que haya un movimiento y un punto, ésta sería la característica más destacada. ¿Dificultades? Conseguir esa línea transparente que necesita la canción para ser expresiva; y fue buscar el punto lo que me dio la trasparencia, siempre en favor de la línea: hay que «bridar» la voz, y es posible que a ello haya contribuido el ingeniero de sonido de la grabación que es alemán, y ya sabéis que ellos lo hacen todo «muy recogidito», lo que para según quienes, podría resultar chocante. (Aquí se alzaron las protestas porque el sonido es excelente, impecable). En lo intelectual, la música de García Abril es una fiesta, nada que ver con el lied clásico ni con nada conocido, es una fiesta. Y no sólo ha puesto música a nuestras raíces sino a nuestra historia.
En el mismo sentido de novedad absoluta se pronunció el pianista. Para Alejandro Zabala, García Abril no tiene parangón ni siquiera cuando utiliza motivos tradicionales (destacan en el disco las siete canciones andaluzas basadas en letras populares anónimas) porque él hace con ellos algo nuevo y distinto a todo. No hay parangón, es un hardware único. Un ritmo cambiante que no recuerda a nadie porque no es tonal, es transtonal.
Y sin embargo, concluyen todos, se trata de un compositor absolutamente reconocible, que incluso ha sido tachado de muy español, algo de lo que él se siente particularmente orgulloso: «Que me lo llamen, porque el que hoy en día no es de su pueblo, de su pequeño país, no es de ningún sitio».
Sólo que ahora, a fuerza de ser español, un millonario norteamericano (con vocación artística y fundación propia en Montana, esto quedó en el misterio) le ha pedido que ponga música a sus poemas, y ello dará mucho que hablar porque se lo está pensando.