La militante feminista saudí Loujain Al-Hathloul ha sido recompensada con el Premio Vaclav Havel 2020 del Consejo de Europa por su defensa de los derechos humanos.
Dado que tiene prohibido abandonar el territorio de Arabia Saudí y hacer cualquier tipo de declaración, el premio lo ha recibido en su nombre, por videoconferencia, su hermana pequeña Lina Al-Hathloul, quien ha subrayado que el apoyo internacional «es la única manera que tenemos de exponer las injusticias de nuestro país y proteger a las víctimas. Loujain se ha sacrificado para que las mujeres de Arabia Saudí tengan una vida mejor. A causa de su militancia ha sido secuestrada, encarcelada ilegalmente, torturada, aislada durante meses y ahora está condenada como terrorista».
Con el Premio Vaclav Havel, dotado con sesenta mil euros, que habitualmente se entrega en una ceremonia en Estraburgo pero que este año se ha hecho de manera virtual a causa de la crisis sanitaria, el Consejo de Europa ha premiado su militancia «para terminar con el sistema de tutela masculina, contra la prohibición de que las mujeres pudieran conducir y por una mayor protección de las mujeres víctimas de abusos en el reino» saudí.
Loujain Al-Harhoul es la figura más emblemática del movimiento de lucha contra la tutela masculina en Arabia Saudí, y se ha distinguido también en su lucha contra la violencia doméstica y la prohibición de que las mujeres condujeran, que fue levantada en 2018.
Ha sido detenida una decena de veces, ha cumplido cinco años y ocho meses de cárcel, de los que ha cumplido 1001 días, tanto por abanderar peticiones a favor del derecho de las mujeres a conducir, como por haber publicado en Youtube imágenes suyas al volante de un automóvil con el comentario «Vamos a ver qué pasa».
Nacida en 1989 en Djeddah, a los cinco años la familia se instaló en Toulon, Francia, donde habían destinado al padre, militar. Se licenció en Literatura Francesa en la Universidad de Columbia (Canadá), y en 2014 regresó a Ryad, donde inició su militancia feminista interviniendo en foros y redes sociales y posteriormente participando en manifestaciones, hasta que en 2018 fue condenada a los cinco años y ocho meses de cárcel.
En febrero de 2020 quedó en libertad. Posteriormente, un tribunal antiterrorista la ha condenado de nuevo, en apelación, por «intentar entrar en contacto con la ONG Amnistía Internacional y varios medios de comunicación europeos». Actualmente se encuentra recluida en casa de sus padres, y tiene prohibido expresarse por cualquier medio, así como abandonar el territorio.
Los otros dos finalistas del Premio Vaclav Havel 2020 son los monjes de la orden Drukpa, un grupo de jóvenes monjes budistas de Nepal, y la militante de la República Democrática del Congo Julianne Lusenge, fundadora de la ONG Solidarité féminine pour la paix et le développement intégral (Sofepadi).
En 2019, el premio fue ex aequo para el intelectual uigur encarcelado Ilham Tohti y un grupo de jóvenes que trabajan a favor de la reconciliación en los Balkanes.