La actual situación por la que atraviesa la economía ha hecho que el trabajo diario de multitud de pequeñas empresas o de emprendedores individuales que podrían crear empleo se vea dificultado por la falta de crédito, una cuestión capital para hacer arrancar o progresar a cualquier negocio y que en la actualidad ha retrocedido a cifras similares a las de 2006.
Como destaca un informe publicado a principios de 2014 por el Banco de España, la caída del crédito es una de las dificultades que impiden a la economía recuperar la senda del crecimiento. Y es que la falta de liquidez pone trabas a muchos emprendedores para desarrollar sus ideas, las cuales podrían ayudar enormemente a generar el empleo necesario para generar beneficios.
Además, no sólo los nuevos negocios tienen este problema, ya que los pequeños y medianos empresarios ven como la expansión y desarrollo de sus compañías son tareas imposibles ante la restricción del crédito que las tradicionales entidades bancarias han impuesto en la actualidad. De este modo, las posibilidades de crecimiento y contratación se ven reducidas al mínimo, lo que incluso puede provocar el cierre de empresas viables por una falta de liquidez momentánea que les impida afrontar las deudas normales de todo negocio.
Soluciones alternativas
Ante este panorama, compañías como Kredito24, dedicadas a la concesión de microcréditos y préstamos rápidos, han estado sustituyendo a los bancos a la hora de dispensar liquidez. Las características de estos productos contrastan con las de los ofertados por las tradicionales entidades bancarias, y es que la rapidez y disponibilidad de los créditos rápidos han supuesto todo un respiro para muchos emprendedores y familias que veían como la puntual falta de liquidez comprometía el correcto desarrollo de su vida diaria o de sus negocios.
No obstante, parece que poco a poco, los políticos empiezan a reaccionar y son ya algunas las medidas aprobadas para apoyar económicamente a empresarios y emprendedores, como la ‘Iniciativa Pymes’, impulsada recientemente por la Comisión Europea para intentar que las empresas mantengan el nivel de financiación que tenían antes de la crisis y que supondrá una inversión de 800 millones de Euros.