Amnistía Internacional informó de que al menos 37 manifestantes murieron como resultado de la represión de las fuerzas de seguridad en los siete días que se llevan de protestas en la «revuelta del pan» en Sudán.
Entre los cientos de heridos se encuentra el periodista Yassir Abdallah de Al-Sudani, quien fue trasladado al hospital tras disparar la policía contra las oficinas del periódico.
Las manifestaciones en lo que se ha llamado ‘la revuelta del pan’ se iniciaron el pasado 19 de diciembre (2018) en una docena de ciudades sudanesas, entre ellas, Gadarif y Atbara, así como la capital Jartum, por la decisión del Gobierno de aumentar los precios de pan, de una a tres libras sudanesas, cuya escasez se vive ya durante varias semanas en el país.
La inflación se sitúo cerca del 69 % el pasado mes debido al alza de precios generalizada, siendo los productos que más se han encarecido la carne, la cebolla y la leche.
Los manifestantes tomaron las calles en varias ciudades para protestar por el alza de los precios y expresar descontento con la situación económica haciendo un llamado a la huelga general en todo el país.
En algunas ciudades se declaró el estado de emergencia ante las violentas protestas, ya que en diferentes localidades los manifestantes asaltaron y quemaron sedes gubernamentales y del oficial Partido del Congreso Nacional (PCN).
El 25 de diciembre de 2018 las fuerzas del orden emplearon gases lacrimógenos y disparos contra los manifestantes que intentaban dirigirse al palacio presidencial en Jartum para pedir la renuncia del presidente de Sudán, Omar al Bashir, quien lleva en el cargo desde que dio un golpe de estado en 1989. Son las mayores protestas a las que se enfrenta desde que está en el poder.
Bashir declaró en medio de las protestas en el país que «traidores y mercenarios» aprovechan la situación difícil «en intereses de los enemigos». Anteriormente había afirmado que dejaría el poder en el 2020, tras una breve visita hace unos días a Damasco para entrevistarse con Bashar el Asad.
El Bashir está acusado por la Corte Penal Internacional de crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra y genocidio por la brutal represión ejercida en la provincia de Darfur por lo que las salidas al exterior son contadas.
Las protestas coinciden con el regreso al país del líder opositor y ex primer ministro Sadeq el Mahdi, que permaneció diez meses en Egipto y en Europa. El gobierno de Omar el Bashir le garantizó que no será detenido y que los cargos en su contra por conspiración serán retirados.
Se trata de un político de tendencia islámica moderada, fue primer ministro durante un año en la década de 1960 y de nuevo entre 1986 y 1989, cuando Omar al Bashir tomó el poder en un golpe de Estado. El Mahdi ha cifrado en veintidós los manifestantes muertos denunciando la represión ejercida por el régimen.