«La tierra prometida», el primer tomo (848 páginas, 26,50 € en España) de las memorias del ex presidente estadounidense Barack Obama, se puso a la venta este 17 de noviembre de 2020, en veintitrés países, con un lanzamiento «digno de una superproducción de Hollywood, con anuncios en las redes sociales y en los cines», según la información de France Culture.
El demócrata Obama cuenta en esta primera entrega su trayectoria hasta ocupar el despacho oval de la Casa Blanca, su primer mandato de 2009 a 2012, por qué eligió el slogan «Yes, We Can» y como fue la transición entre la administración de Georges W. Bush y la suya (nada que ver con lo que está ocurriendo estos días); entre otras cosas recuerda sus años de estudiante negro en Columbia o la noche del 2 de mayo de 2011 cuando, en contra de la opinión de su vicepresidente Joe Biden, dio orden de asaltar la casa en que estaba refugiado Ben Laden.
Evidentemente, no falta en estas memorias una reflexión sobre el poder que tiene uno de los hombres que ha sido el más poderosos del planeta. Barack Obama ha dicho que ha esperado a que se celebrarán las elecciones para sacar el libro.
Entre las muchas entrevistas «exclusivas» que ha concedido para promocionar su libro, está la que le ha hecho el periodista del canal público ‘France 5’ François Busnel, para el programa «La Grande Librairie», han hablado de los libros y los autores que han marcado su vida, destacando a la Premio Nobel de Literatura Toni Morrison, afroamericana fallecida en agosto de 2019: «Tuve el gran privilegio de frecuentarla. Una de las ventajas de ser presidente es poder conocer a las personas que has idolatrado».
Obama asegura que ha aprendido a escribir leyendo sus libros: «Yo no he aprendido a escribir de manera formal ni he seguido ningún curso de escritura creativa. He aprendido leyendo y sus libros era una universidad donde aprender a expresarse y a describir las cuestiones humanas más fundamentales».
Quizá- ha asegurado- «en ciertos aspectos aporté una sensibilidad literaria a la presidencia (…) La buena literatura te saca de ti mismo y te pone en el lugar de personas cuyas vidas son totalmente diferentes a la tuya. Y así, descubres quién eres realmente. Yo creo que a veces la política puede hacer lo mismo».