La revelación de que la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA) ha espiado a 35 líderes mundiales ha exacerbado aún más la indignación internacional por el programa de vigilancia electrónica masiva de este organismo.
Amnistía Internacional recuerda que toda medida que constituya una injerencia en la intimidad debe ser proporcionada a la consecución de un objetivo legítimo y estar basada en razones sometidas a una supervisión judicial y un escrutinio parlamentario transparente, sólido e independiente. Esta presunta vigilancia electrónica masiva violaría la intimidad porque claramente se incumplen estas condiciones.
“Es indudable que la naturaleza y el alcance de la vigilancia de las comunicaciones que han llevado a cabo Estados Unidos, Reino Unido y otros países suscitan graves motivos de preocupación en lo referente a los derechos humanos”, ha declarado Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional España. “El más obvio es la falta de respeto por el derecho a la intimidad. Estas medidas también generan un considerable efecto negativo sobre la libertad de expresión y asociación”.
Vigilancia electrónica masiva en España
Según ha informado el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación español, el secretario de estado para la Unión Europea, Íñigo Méndez de Vigo, ha mantenido una reunión con el Embajador James Costos de EEUU, en la que le ha trasladado su seria preocupación por las informaciones relativas al supuesto espionaje.
La organización considera que el gobierno español debe tomar las medidas necesarias para garantizar que nadie sufre injerencias ilegales o arbitrarias en su intimidad. También deben exigirse respuestas concretas al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, sobre la vigilancia electrónica masiva en España.
El derecho al honor, la intimidad personal y familiar y a la propia imagen están recogidos, no sólo en la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal, sino también en el artículo 18 de la Constitución española, que garantiza el derecho a la intimidad y el secreto de las comunicaciones.
Además, la sentencia 132/2002, de 20 de mayo del Tribunal Constitucional Español, indica que “en una sociedad tecnológicamente avanzada como la actual, el secreto de las comunicaciones constituye no sólo una garantía de libertad individual, sino instrumento de desarrollo cultural, científico y tecnológico”.
Algunos líderes que han sido objeto de vigilancia han exigido respuestas directamente al gobierno del presidente Obama, e incluso han llevado la disputa a las Naciones Unidas. Brasil y Alemania en particular piden una resolución de la ONU que proteja el derecho a la intimidad en Internet. Asimismo, instan a la comunidad internacional a tomar medidas para reforzar el derecho a la intimidad contra este tipo de vigilancia sin una supervisión adecuada.
Amnistía Internacional considera que cualquier debate sobre este asunto en la ONU debe tener en cuenta que esta vigilancia está menoscabando derechos humanos fundamentales. No debe limitarse a proteger a los líderes mundiales de la vigilancia transfronteriza, sino que debe abordar el impacto más general que los programas de vigilancia electrónica masiva causa en sociedades enteras.
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Un tema de gran discusión para el ahora y el mañana.
Sin embargo, no es algo para extrañarse.
La vigilancia y espionaje específico o masivo, debe ser algo tan antiguo como los primero grupos humanos; lo único que cambia es la tecnología para llevar a efecto tal asunto. Y parece ser que siempre, también, es algo que el ejecutor niega más que cónyuge que tiene un (a) amante.
Hoy en en día, muchos ampliamente les facilitamos las cosas a la NSA y colaboradores de otros países, socios, etc., cuando utilizamos casillas electrónicas gratuitas o no, redes de Internet, etc.; sistemas que ellos fácilmente pueden espiar o infiltrar, utilizando filtros de alerta (para detectar en el caos lo que sea sospechoso o que tenga potencial de interés para ellos; de lo contrario ocurriría como el computador de ciencia ficción de Asimov, Multivac, que al saber y tener todo los contenidos humanos comunicacionales en sí, al final quería suicidarse como desesperado porque no daba más).
Junto con la oposición formal a esta circunstancia del presente y futuro, generando entes jurídicos protectores, cada Estado, entidad y cada persona, debe tomar sus propios resguardos de la intimidad. La «vigilancia» y el «espionaje» no terminarán de ninguna manera por leyes, reglamentos; simplemente adaptarán sus conductas a la nueva realidad que se les presenta, es y ha sido así a través de la historia, pues se trata de obtener una ventaja, ventaja que otorga poder e inclina la balanza.