La laberintis, conocida también como neuritis vestibular, neurolaberintitis o vestibulopatía periférica aguda, es una enfermedad benigna y autolimitada que produce vértigos en el paciente, afecta a nuestro equilibrio y sentimos que oimos peor.
Esta patología se produce por una inflamación del oído interno, región en donde se ubica una estructura llamada laberinto y por ello, es causa de todos los vértigos. El laberinto es un órgano que forma parte de nuestro aparato vestibular y en él existen un conjunto de arcos semicirculares que tienen líquido en su interior. El movimiento que tienen lugar de estos líquidos, es interpretado por el cerebro y por ello, mantenemos el equilibrio al idenficar determinados movimientos.
Sentimos, y por ello, podemos interpretar si son aceleraciones lineales, fuerzas gravitacionales o bien movimientos angulares los que tienen lugar. Cuando llegan al cerebro es el nervio vestíbulococlear, conocido por nervio auditivo el que sabe lo que está pasando. Primero, recoge los sonidos por el oído y luego informa de los movimientos de nuestro cuerpo captados por el aparato vestibular.
Cuando existe una inflamación de cualquier parte del laberinto normalmente causada por una infección viral, padecemos laberintitis. En algunas ocasiones podemos ver cómo afectan los virus al laberinto si hemos padecido varicela zoster, el síndrome de Ramsay-Hunt u otras lesiones dermatológicas o que causan parálisis facial.
Raramente veremos casos de laberintitis producida por un cuadro de otitis bacteriana o meningitis bacteriana, pero podría ser. En estos casos, existiría la posibilidad de que evolucionara hacia una sordera permanente.
Cuando debuta la laberintitis, de repente sentimos un intenso vértigo y ese mareo nos hace ver que nuestro entorno gira y nosotros no. Nos desequilibramos, tenemos náuseas, vómitos y normalmente buscamos la cama para sentirnos equilibrados. En algunas ocasiones puede dar lugar al nistagmus, movimientos oculares involuntarios, y siempre, la evolución de la laberintitis es la sensación de vértigo incontrolada.
La laberintitis mejora espontáneamente y puede en ocasiones durar semanas aunque es posible que en cuatro o cinco días, solamente se tengan algunos síntomas. En ocasiones, el uso de corticosteroides parece acelerar la curación de origen viral porque mejora la inflamación pero también se pueden utilizar otros antieméticos (jarabes contra mareos) o antihistamínicos. En algunos pacientes se pautan ansiolíticos porque además de padecer los síntomas del laberinto pueden padecer ansiedad, miedo y puede que no descansen bien por el vértigo.