UN PAÍS COMO DIOS MANDA
Una vez más, la realidad supera a la ficción, por difícil que parezca. Durante la última huelga de basuras de Madrid que ha dejado a la capital del Reino hecha unos zorros, algunos transeúntes han visto en los alrededores del Museo del Prado al insigne pintor barroco Diego Velázquez dando rienda suelta a sus pinceles porque según ha comentado, él se considera un pintor de la Corte y debe cumplir con su deber, dejando fiel retrato para la posteridad. Ni corto ni perezoso dejó el museo y con caballete, paleta y pinceles se plantó en plena Gran Vía madrileña, reflejando lo que estaba viendo.
“He salido del Museo del Prado –dijo el sevillano- para cumplir con mi deber histórico porque, si pinté cuadros como Las meninas, La rendición de Breda, La Venus del espejo o El triunfo de Baco, reflejando una época histórica, ¿por qué no iba a dar vida a Las basuras de la Corte, plasmándolas en mi lienzo para dejar constancia de un villorrio que no había visto tan sucio desde que llegué a esta Villa y Corte en el año 1664? Esta época de ahora pertenece a ustedes, y yo me limito a plasmar en mis cuadros la realidad de cada momento”.
Preguntado el insigne artista si no tendría inconveniente en pintar también a la actual alcaldesa de la Corte, Ana Botella, habida cuenta de lo mucho que la aprecian los lugareños, contestó con el acento sevillano que le caracteriza: “Prefiero a las meninas, me resultan más graciosas. Por otra parte no hablo inglés, por lo que me resultaría difícil entenderme con ella, y además en mi paleta utilizo colores sencillos, difíciles de compatibilizar con los coloretes de su señoría”.
Muy bueno, Conrad. Vuelven los viejos tiempos «imaginarios».
Querido Conrado, Velázquez murió en 1660…