Las comunidades del Canal de Panamá se oponen al proyecto de embalsar el río Indio

El gobierno de Panamá proyecta la construcción de un nuevo embalse en el río Indio, que afectaría a miles de personas y alteraría gravemente el ecosistema de la región, analiza Mary Triny Zea en un artículo publicado originalmente en Climate Earth y difundido por la IPS.

La propuesta busca garantizar el suministro de agua al Canal de Panamá, cuya operatividad ha estado comprometida por la sequía. Sin embargo, las comunidades afectadas se oponen con firmeza a la obra, temiendo la pérdida de sus tierras y medios de vida.

El conflicto por el agua del Canal de Panamá

La sequía prolongada que ha azotado Panamá en los últimos años ha puesto en evidencia la vulnerabilidad del Canal, una de las principales arterias comerciales del mundo. En 2024, el canal operó a solo el 63 por ciento de su capacidad, debido a la drástica disminución de los niveles de agua en sus lagos artificiales, como el Gatún y el Alajuela.

Ante esta situación, el gobierno panameño ha propuesto la construcción de un embalse en el río Indio para garantizar el abastecimiento de agua, pero el proyecto ha generado una gran oposición entre las comunidades cercanas.

Impactos sociales y ambientales

El embalse en el río Indio tendría un impacto directo sobre más de doce mil personas que habitan en las zonas aledañas, muchas de las cuales temen perder sus hogares y tierras. Como señala Elizabeth Delgado, residente de Limón de Chagres, «nos mantenemos de la tierra», refiriéndose a la dependencia de la agricultura para su sustento.

Para estas comunidades, el proyecto representa una amenaza existencial, ya que la construcción de la represa inundaría unas 4600 hectáreas, afectando a muchas familias, que además carecen de títulos oficiales sobre sus propiedades, lo que complica aún más la situación; además de alterar el ecosistema local.

La Autoridad del Canal de Panamá (ACP) justifica la obra como una medida necesaria para garantizar el flujo constante de agua en el canal, esencial para el comercio global.

Preservar el río Indio

El río Indio es vital no solo para las comunidades cercanas, sino también para el ecosistema más amplio, ya que forma parte del Corredor Biológico Mesoamericano, un ecosistema clave para la biodiversidad de Centroamérica. Este corredor conecta varias zonas ecológicas de Panamá, México y el sur de América Central, y alberga especies en peligro de extinción, como monos y cocodrilos. La construcción del embalse podría fragmentar este valioso ecosistema, con consecuencias irreparables para la fauna local.

Isaías Ramos, biólogo del Centro de Incidencia Ambiental de Panamá, ha expresado su preocupación por el impacto ambiental del proyecto, aunque también ha señalado que el descontento de las comunidades afectadas es aún más preocupante, porque no han sido suficientemente informados sobre los detalles del proyecto, lo que contraviene el Acuerdo de Escazú, que promueve la transparencia y el acceso a la información en temas ambientales en América Latina.

Alternativas al embalse del río Indio

Frente a la creciente oposición y los riesgos ambientales del embalse del río Indio, expertos como Guillermo Torres, presidente del Consejo Nacional del Agua (Conagua), proponen una alternativa: canalizar el agua desde el lago Bayano, ubicado a cien kilómetros de Ciudad de Panamá.

Esta opción permitiría un abastecimiento más sostenible de agua para el Canal de Panamá, sin los costos sociales y ambientales del embalse en el río Indio. Según Torres, «la tubería de Bayano podría garantizar el agua hasta 2075», lo que la convierte en una opción más viable a largo plazo.

A pesar de estas propuestas, la ACP sigue adelante con su proyecto, insistiendo en que la represa garantizaría el suministro de agua para las próximas cinco décadas.

Sin embargo, las comunidades afectadas no ven el proyecto como una solución, sino como una amenaza a su forma de vida. En palabras de Abdiel Sánchez, líder comunitario de Pueblo Nuevo, «el 90% de la comunidad está en contra de la inundación». Las tensiones siguen aumentando, y las protestas se han intensificado en los últimos meses.

Futuro incierto para las comunidades

El proyecto de construcción del embalse en el río Indio está previsto para comenzar en 2027, con una duración de cuatro años. Sin embargo, las comunidades afectadas siguen luchando por preservar sus tierras y su forma de vida. La falta de infraestructura, la escasez de servicios básicos y la incertidumbre sobre su futuro hacen que la situación sea aún más difícil para estos residentes.

Además, la historia de los desplazamientos forzados en Panamá, como el caso de la creación del lago Gatún en 1913, pesa sobre la memoria colectiva de estas comunidades. «No queremos que se repita lo que ocurrió con el lago Gatún, cuando nos quitaron nuestras tierras sin ningún tipo de compensación», asegura Nery Sáenz, una de las afectadas.

A medida que el diálogo con las comunidades sigue siendo tenso, la Autoridad del Canal de Panamá intenta continuar con el censo de las zonas afectadas, aunque las protestas y el rechazo son un claro indicio de que el camino hacia la aprobación del proyecto será largo y difícil.

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