El Gobierno francés ha informado de que al menos diecisiete hombres, siete mujeres y tres «jóvenes», cuya edad se ignora de momento aunque sí se sabe que hay «una niña», han han encontrado la muerte este 24 de noviembre de 2021 en la mayor tragedia ocurrida en al naufragar la embarcación con la que intentaban llegar a las costas británicas cruzando el Canal de la Mancha.
Otros dos migrantes –un somalí y otro procedentes de Costa de Marfil- que viajaban en la misma embarcación, han sido rescatados con vida y se encuentran en un hospital de Calais.
La noticia es primera página este jueves en todos los periódicos franceses e ingleses y abre todos los informativos en radio y televisión, varios de los cuales han calificado la tragedia como «el drama que nos temíamos», y adelantan la noticia de la detención de cuatro personas sospechosas de haber organizado el siniestro viaje –acusadas ya de ¡ayuda a entrada ilegal y pertenencia a grupo organizado, homicidio, lesiones involuntarias y conspiración criminal»; y naturalmente haber cobrado por ello cantidades que los migrantes pagan con préstamos que, en casos como el actual, sus familias tienen que asumir.
Los intentos de atravesar el Canal aumentan en progresión alarmante. Hasta el 29 de noviembre de 2021, 31.500 migrantes han salido de Calais y 7800 de ellos han podido ser salvados. Según fuentes del gobierno de Londres, 22.000 migrantes han logrado alcanzar sus costas en los primeros diez meses de al año a pesar de las temperaturas que llevan varias semanas bajando.
«Francia no va a dejar que La Mancha se convierta en un cementerio», ha asegurado este miércoles el jefe del estado francés, Emmanuel Macron, en clara alusión a lo que ocurre en el Mediterráneo central, convertido en el «mayor cementerio» marítimo del mundo.
Por su parte, el primer ministro británico, Boris Johnson, ha responsabilizado del drama a Francia por no hacer lo suficiente para desanimar las travesías ilegales: «Tenemos –ha dicho en declaraciones a la televisión privada Sky News- dificultades para convencer a algunos de nuestros socios, y en particular a Francia, de actuar como requiere la situación».
Johnson quiere hacer «impracticables» estas travesías peligrosas en una de las vías marítimas más frecuentadas del mundo, donde hay fuertes corrientes y una temperatura muy baja durante todo el año.