En cada profesión u oficio existen palabras y expresiones que permiten una comunicación que habrá de ser efectiva entre quienes lo ejerzan, lo cual no tiene nada de cuestionable.
Los médicos, los abogados, los ingenieros, los periodistas, los educadores y otros profesionales, tienen sus palabras y expresiones para comunicarse entre ellos. Lo criticable es que se empleen de manera incontrolada y por demás abusiva, como si el común de la gente tuviera la obligación de conocerlas.
No tendría nada de malo que un periodista o cualquier ciudadano los conozca y sepa usarlos.
Recientemente, el colega periodista Héctor González Burgos, compañero de estudios en la siempre recordada Universidad Católica Cecilio Acosta, me sugirió que escribiera un comentario acerca del lenguaje que se empela en los reportes que de manera regular entregan los cuerpos de seguridad del Estado a sus autoridades, y que es el mismo que reciben los medios de comunicación.
Héctor, lo he dicho en reiteradas ocasiones, es un periodista que se distingue por la pulcritud de sus contenidos informativos, en los que muestra un lenguaje sencillo, sin rebuscamientos, con mucha seriedad y profesionalismo, lo cual ha sido el aval para hacerse acreedor de importantes premios. Es, al igual que yo, un apasionado por el buen decir, y de manera regular intercambiamos impresiones relacionadas con las impropiedades más frecuentes en los medios de comunicación y en el habla cotidiana.
Me envió la reproducción textual, por vía de WhatsApp, de una relación de actividades (informe) llevadas a cabo por un organismo de prevención en el estado Cojedes, Venezuela, en el que aparecen términos que solo ellos (los integrantes del aludido organismo seguridad) podrán entender, y a eso, con el mayor de los respetos, voy a referirme.
En una parte del contenido que me facilitó Héctor puede leerse: «Se procedió a realizar un rescate, Atención (sic) paramedica y traslado a cinco personas las cuales se encontraban atrapadas en el interior de una vivienda Improvisada tipo rancho: debido a un enjambre de Heminotero desorientadas las mismas se encontraban ubicadas en un tubo estructural de un tanque de agua aéreo».
Y en otra dice: «…a la ciudadana Katerin Casadiego de 25 años todos presentando IDX: Síndrome Anafilatico recibidos por la doctora de guardia Yenifer coronel…». ¡Vaya usted a saber qué quisieron decir!
Definitivamente, ese contenido es, como se dice en Venezuela: un arroz con mango, expresión que se refiere a una situación confusa, enredada o sin sentido lógico, como consecuencia del escaso dominio del lenguaje escrito de quien intentó redactarlo o del que lo firmó, que de paso se identifica como general de Bomberos y licenciado, no se sabe en qué. ¡Por lo menos en lenguaje no lo es!
Hay errores como para plasmarlos en una antología sobre lo que no debe escribirse, pues no solo contiene términos de la jerga médica y de la de servicios de emergencia que muy pocos conocen, sino que está plagado de errores ortográficos, en los que solo un niño de cuarto grado de primaria podría incurrir.
En el primer fragmento hay mayúsculas mal utilizadas, falta de tilde en varias palabras, omisión de la coma, palabra mal escrita, como heminotero, que debió ser himenóptero, además de que, al ser una palabra de género masculino, debió concordar en número con el adjetivo que la califica: himenóptero desorientado.
Y en el segundo la situación es más graciosa aun, pues aparte de una abreviatura de la terminología médica (IDX), que al común de los mortales le sería muy difícil saber de qué se trata, hay dos mayúsculas innecesarias, y la coma no aparece por ningún lado, además de que a la frase Síndrome Anafilactico y la falta de tilde en anafiláctico. Pareciera que la doctora fue la que estuvo afectada por el mencionado síndrome.
Al redactor del malhadado texto le hubiese quedado mejor escribir enjambre de abejas, que Heminotero desorientadas, diagnóstico, en vez de IDX; y reacción antialérgica, antes que Síndrome Anafilactico.
Y no es que no puedan ser utilizados términos de la jerga de profesiones y oficios; el asunto es que deben escribirse bien; y segundo, debería explicarse el significado, si la intención es informar; pero si la razón es mostrar buen manejo del lenguaje, con esos errores no es posible lograr el objetivo.