Los anhelos son esos destellos que nos guían de buena mañana. Es un placer mirar el cielo y ver reflejados en él las maravillas de una Creación infinita, una parte perceptible y otra intangible. Hay un poliedro de eventos por disfrutar.
Conviene que, de vez en cuando, habitemos de verdad nuestro medio ambiente y que percibamos lo que éste nos ofrece, más que nada por ponderar si lo valoramos, si lo optimizamos, si somos capaces de mejorar algo de cuanto nos ocurre. Seguro que nos vendrá genial.
La voluntad todo lo puede. El gesto, las intenciones y los actos en pos de una misión que nos defina y haga felices simbolizan las bases de un porvenir en el que sumaremos siempre. Lo sabemos cuando actuamos de manera conveniente, equilibrada, e incluso cuando lo hacemos asumiendo riesgos. Mancomunar experiencias y elecciones nos fortalece. No es bueno, como se repite desde hace siglos, que estemos solos. Nada importante se obtiene y/o se mantiene de modo individual. Añadamos perspectivas desde la generosidad más desbordante.
Pensemos en lo afortunados que somos. Hay mucho que sentir y que exprimir. Nos debemos emocionar desde el encanto de las palabras y de los hechos. Tenemos todo el universo a nuestro lado. Hemos de afirmarnos desde el enunciado de lo que nos sucede, que siempre tiene un porqué. No desarrollemos nuestras causas en balde. Todo es fruto de un entusiasmo que hemos de caracterizar para potenciar lo placentero y dejar atrás lo pésimo.
Empecemos, por ende, el día, cada amanecer, llenos de paz y de fuerzas. Consumamos la jovialidad, que se multiplica con un reiterado uso. Abramos las ventanas de la naturaleza con el afán de jugar y de aprender. Seamos alegres. Las instrucciones nos vienen dadas desde la experiencia y, a menudo, empleando la intuición que arriesga. No miremos donde no conviene ni para tomar impulso. Las energías están dentro y, asimismo, en esas amistades que todo lo procuran. Dediquemos horas a lo que lo merece.
Intentemos ser grandes personas sin inconvenientes vacuos que nos arrastren a una pérdida irreparable. El presente es posible, pese a los avatares, desde la caricia de cada instante, que es decisión factible y nos ofrece un nuevo paso.
Una expresión ideal
Configuremos, sinceramente, la mejor radiografía, y luego hagamos de ella una expresión ideal de lo que nos permite el hallazgo de la justicia y de la dicha a partes iguales. Los elementos que nos rodean nos brindan los ingredientes esenciales para el mejor guiso. De nosotros depende su combinación y su tiempo de elaboración. Los maridajes, su complejidad, determinarán los resultados.
Las sumas se han de realizar despacio, con paciencia, procurando no ser egoístas, y desde la premisa de que las actitudes nocivas en pos de intereses particulares no brindan considerandos loables. Sepamos meditar sobre el auténtico sentido de la vida, que supone solidaridad y amor, caridad y conocimiento, dando, en la medida que podamos, una mano amiga a quien la precisa. No nos aletarguemos.
Estemos, en lógica reflexión, dispuestos a transformar lo que sea menester para que el día que ha llegado sea genial en puntos fundamentales, y, por qué no decirlo, igualmente en los accesorios, en cuanto reclamamos para aquellos que amamos. Lo que sembremos en ellos nos alcanzará de alguna manera. ¡Feliz día!
Juan Antonio, si suprimieras los verbos soy, he sido, tengo, he escrito, imparto etc… quedaría mucho mejor. Un fuerte abrazo
Juan Antonio? Te refieres al currículum, por lo que veo. Puede que tengas razón. Lo que pasa es que no quería ponerlo telegráfico, como, a veces, ocurre en los formularios, pero te haré caso, pues queda reiterativo.
Juan, amigo, no sé manejar bien este chisme, no sé seguirlo. Me refería al cv prueba de que te sigo con interés y afecto; pero debí enviarlo por email y no publicarlo. Sorry