Un estudio realizado por investigadores españoles de la Universidad de Sevilla refleja las opiniones de los médicos de atención primaria sobre el virus del papiloma humano /VPH) y su vacuna. La conclusión es muy seria dado que existe un desconocimiento importante de esta enfermedad de transmisión sexual que por otro lado, es la más común, y cuya tasa de vacunación es de las más bajas.
Los jóvenes saben a grandes rasgos qué es el VPH, saben que se contagia, pero realmente no les preocupa su incidencia. En torno a la prevención de conductas sexuales que comportan riesgos, los médicos ven complicado acceder a ellos y que sepan que no solo entra en juego una infección por sí sola sino diversos cánceres distintos al de cérvix. Por otro lado, los expertos han observado que las vacunas contra el VPH no solo no se ponen sino que los jóvenes delegan en sus padres a la hora de decidir si es importante aunque tengan más de 16 años y realmente es la falta de información y la actitud poco activa que fomente la vacunación en el sistema nacional de salud.
Existe un dato significativo, señalan que ha calado más que corresponde al discurso de que las mujeres activas sexualmente pueden padecer cáncer por la infección del VPH mientras que los hombres no, ya que son solamente portadores de la enfermedad y no tienen el riesgo de enfermar.
Ciertamente, desde su introducción la vacuna para la prevención de la infección por el virus del papiloma humano (VPH) ha suscitado algunas controversias y la percepción pública entre eficacia e incertidumbre es idéntica. La estrategia principal no es otra que la prevención del cáncer cérvico uterino lo cual se traduce en resistencias de algunos sectores a iniciativas de vacunación, objeciones de algunos facultativos y polémica en los medios de comunicación.
Estos datos han hecho que realmente no se considere ni necesaria ni efectiva y el aumento de las enfermedades de transmisión sexual es muy importante porque los jóvenes no utilizan protección alguna.
Entre otros problemas, los jóvenes pueden tener verrugas genitales y varios tipos de tumores, incluidos los faríngeos. Una persona que ya haya sido infectada por los tipos de VPH que contienen las vacunas no responderá a la vacunación, pero sí lo hará en el caso de infección por solo alguno de ellos y también en reinfecciones. Por ello, la vacunación es necesaria si los jóvenes comienzan a mantener relaciones sexuales en la adolescencia, no solo como medida preventiva, sino porque gracias a ella, podrán resultar beneficiados de los efectos preventivos de dicha vacuna.