La normalidad de los “pobres hombres” que se tropiezan con las mujeres.
Machismo y violaciones conforman una violencia de género en estado puro, es la agresión sexual hacia la mujer para “divertirse” un ratito por “necesidades naturales” o por “provocaciones” de las mujeres… Mucus, inteligencia natural de un moco propone un simple ejercicio mental, a ver si les da el seso a esos que cometen violaciones por “entretenimiento, placer, gusto”… y a quienes las justifican y aplauden.
¿Serán capaces de imaginar que les “fuerzan” a ser usados sexualmente por alguien a quien se le ha antojado en ese momento? ¿Les dará el cerebro emocional para hacer esta gimnasia afectiva de empatía? Para mí que no, porque existe el mito machista o sea la mentira del estereotipo de género referente a que “cuando una mujer dice no, quiere decir sí”, y a partir de ahí licencia sobre ellas, entre otros muchos factores.
La culturO huevolucionada concede la credibilidad al hombre ese que el diccionario de la Real Academia Española define en su segunda acepción como: “Varón, criatura racional del sexo masculino”.
¿Quién no se ha encontrado alguna vez a hombre o mujer diciendo que los hombres tienen más necesidades sexuales por naturaleza? Lo que no deja de ser una justificación más del estereotipo de mujer inventado por la culturO, para seguir ejerciendo su voluntad bien sobre el cuerpo de la mujer, sobre su mente y su afectividad, en definitiva su psicología, la cual queda “muy tocada” tras una vivencia traumática como es la violación.
Traumática, porque es una experiencia que constituye una amenaza para la integridad física y psicológica de la persona, asociada frecuentemente a: emociones extremas, sensación de caos, confusión durante el hecho, fragmentación del recuerdo, sensaciones de absurdidad, horror, ambivalencia, desconcierto, humillación, desamparo o pérdida de control de la propia vida.
Con todo ello lo normal es que deje de “creer” en la bondad del ser humano y su carácter cercano, en la predictibilidad del mundo y en la capacidad de control sobre la propia vida, entre otros aspectos; a partir de ese momento necesitará reformular e integrar dicha experiencia para poder elaborar elementos de crecimiento personal postraumático, “Trauma, culpa y duelo. Hacia una psicoterapia integradora” Pau Pérez Sales
Pero a juzgar por los aplausos de quienes esperaban a los que “presuntamente” violaron a la chica de Málaga cuando les soltaron de los juzgados, y por las palabras de éstos… al final, será la chica la que será juzgada por violar a 5 “pobres hombres” (dos de ellos menores).
Por cierto, el sábado también, 4 jóvenes y uno menor de edad fueron detenidos en Gandía por intento de violación de una chica en un coche, en el aparcamiento de una discoteca… menos mal que hubo alguien que avisó a la policía.
Pero el ministerio del Interior se ha propuesto controlar esto rezando, encomendándose a Santa Teresa y colocando en su página web unos consejos dedicados a las mujeres para que “eviten” ser violadas y no hagan caer en la tentación a los “pobres” hombres, jóvenes, adolescentes, menores…
Aunque Mucus, inteligencia natural de un moco igualitario le sugiere al ministerio del Interior unos puntos destinados a esos “pobres hombres” para ayudarles a controlar su “voracidad sexual”:
- Lleve muñecas hinchables a mano, si destroza una puede empezar con otra y así sucesivamente… cuantas más lleve mejor. Puede solicitar subvención al ministerio.
- Si le entran ganas vaya a la “máquina tragapitos”, que el ministerio del Interior junto con el de Sanidad están colocando en cada calle, para ayudarle a controlar sus impulsos.
- También puede ir a la iglesia más cercana y encomiéndese a santa Consolación.
- Aunque haya bebido, recuerde que tiene un par de manos, si se le cansa una empiece con la otra.
- Evite ir a ferias, discotecas y lugares de marcha si no lleva muñecas hinchables y no ha rezado antes a santa Consolación.
- Lleve un silbato a mano, si le entra apetito sexual utilícelo para avisar a la gente, esto le ayudará a controlarse.
- Vaya siempre por sitios concurridos y elabórese un cartel o chapa en el que indique ¡cuidado tengo hambre!
- Si todo esto no le funciona vaya al lugar más cercano que le puedan prestar ayuda, pida un martillo y clávesela en la pared, suelo o sucedáneo.
Ahora en serio, lo que más me gustaría sería: convivir en una cultura que respetara los derechos humanos, a las personas en reciprocidad, con igualdad de oportunidades para poder ser y estar, en un medio ambiente respetado, en definitiva una cultura que respetara el cuidado por la vida y no se empeñara en la cosificación y la destrucción basada en las relaciones de poder-sumisión.
“Hay que trabajar para erradicar la desigualdad de nuestra sociedad, y señalar a los responsables de esta situación: a los agresores, a sus cómplices en el silencio y a sus aliados con las palabras”. Miguel Lorente.