El Movimiento Justicialista o el llamado Partido Justicialista, marca la historia de la Argentina moderna a partir de la decada del 40. Su principal caudillo: el general Juan Domingo Perón, trazó las bases de una tendencia política perfilada hacia los horizontes sociales, con fuertes características populistas y de arraigo de la saberania nacional.
En el seno del Movimiento Justicialista se gestaron nuevos líderes, el caso de los esposos Kirchner, quienes durante doce años gobernaron el país austral, primero Néstor, luego su esposa Cristina, siguiendo una política social y populista con marcada tendencia hacia los países de la región del socialismo del siglo XXI, cimentando las reformas sociales y activando la economía.
Sin embargo, la corrupción y ciertas medidas contra la estructura agropecuaria limitaron el desarrollo, además del cepo económico que clausuró varias industrias, creando un clima de descontento que se manifesto en las urnas el domingo 22 de noviembre de 2015 en un histórico ballotage donde salió electo el líder Mauricio Macri, del partido “Cambiemos” ( una alianza de varios sectores).
“La alternancia es fundamental para que una nación consolide una democracia y se afirme sus instituciones” me comentaba el sociólogo Juan José Sebreli, reconocido por sus estudios sobre la sociedad y la historia argentina, quien ha realizado extensos análisis sobre los movimientos políticos de la Argentina Contemporánea y quien, en conversaciones sotenidas en Buenos Aires, años atrás, me manifestaba la necesidad de la integración de un nuevo planeteamiento político frente al Movimiento Justicialista, la única fuerza política que atraviesa la historia de la Argentina moderna. Tal vez estemos con esta coalicion partidista de “Cambiemos” frente a un nuevo planteamiento que equipare la balanza de fuerzas de gobierno creando una plataforma política de alternancia hacia el futuro.
La alternacia es sana y renovadora para consolidar la democracia y Macri es consciente que todo cambio exige revisión y aportes, más que críticas. Con la experiencia de su trabajo como intendente de la capital bonarense, apunta a dar impulso a la industria y a la inversión extranjera y orientar Argentina hacia las estrategias de la globalización y la modernidad.
Después de un breve encuentro con la presidenta saliente, Macri recomienda “prudencia” y la necesidad de un estudio con el equipo económico para analizar las “reales condiciones de la economía” antes de cualquier medida. En una de sus declaraciones manifestó: “Vamos a corregir cosas que no nos favorecen. El cepo es un error. No dar información y no tener un Banco Central independiente son otros errores. Vamos abrir el espacio para los que deseen invertir en la Argentina.”
Entre las medidas que Macri considera prioritarias y que fueron definiciones en su campaña como candidato y que ya están sobre el tapete gubernamental cuando tome el relevo el 10 de diciembre, se encuentran: el compromiso con el Agro, motor fundamental de la economía argentina, motivando a los productores a sembrar y producir, considerando que se removeran los impuestos sobre las exportaciones de trigo y maíz.
Otro aspecto importante es el cepo cambiario, la restricción de divisas para viajes y transacciones bancarias que vive Argentina hace años, abriendose al Mercado pero controlando la posible inflación. Medidas que deben ser analizadas por el gabinete económico. Otra acción dentro de la política doméstica es la necesidad de seguridad nacional, profesionalizando las fuerzas de seguridad en todo el país, como se logró con la policía metropolitana, a su cargo, en la gestión como alcalde de Buenos Aires. La corrupción es otro tema de interés, y quedará en manos de la justicia, garantizando las investigaciones pertinentes para que no haya impunidad.
En cuanto a la política internacional, hay una clara intención de derogar el Memorandum de entendimiento con Iran, y retomar el caso del atentado terrorista de AMIA, ( la entidad judia).
Dentro del marco latinoamericano Macri reitera su compromiso de pedir en el Mercosur la suspensión de Venezuela en el bloque regional, invocando la cláusula democrática, ante los fehacientes abusos de poder, la persecución a la oposición y las limitaciones a la libertad de prensa y pública.
Mauricio Macri, por Xulio FormosoMacri, un existoso empresario, con experiencia en el manejo gubernamental pero más con visión administrativa que política, desea instaurar una era de transparencia y desarrollo, sin revanchismos ni divisiones entre los argentinos, en una atmósfera de trabajo en común hacia un cambio positivo y una evolución económica dentro del marco internacional de la globalización.
Esperamos que esta nueva era que empieza en Argentina sea positiva y enfile al país hacia la prosperidad de su pueblo, el impulso del trabajo y a la reafirmación de los valores democráticos y culturales, tan caros al país austral.
El mensaje de la necesidad de la alternancia me parece muy prolijo, pero poco convincente cuando esto supone retrotraer a los argentinos a una etapa alejada del resto de los países latinoamericanos, desmantelar el derecho a la información, recuperar el perdón para los genocidas o volver a los mandatos del FMI. Que por ahi, parece que va la «alternancia».
ni una palabra sobre las características fascistoides originales del peronismo-de-perón, general demagogo que impuso un régimen de partido único y la persecución de toda oposición, modelo actualizado y ejecutado por la pareja kirchnerista. o sea, una celebración encubierta.