UN PAÍS COMO DIOS MANDA
Las aguas parece que vuelven a su cauce después de la pifia de las Olimpiadas, que al menos sirvieron para que nuestra Alcaldesa, Ana Botella, demostrara lo suelta que anda en el idioma de Su Graciosa Majestad, tras lo que los madrileños nos sentimos aliviados después de ingerir aquella purga lingüística.
Pero con Olimpiadas o sin Olimpiadas, a Madrid no le va a faltar marcha, porque la movida es algo consustancial a esta Villa y Corte desde que un antiguo Alcalde, Tierno Galván, dijera que teníamos que estar al loro, y así seguimos.
Ahora se va a hacer un concurso para saber qué hacemos con la famosa Puerta del Sol, y ya se están aportando las más curiosas ideas: desde convertirla en una piscina pública hasta en una base de lanzamiento de cohetes espaciales, habida cuenta de nuestro avance en ese campo.
Nosotros somos más modestos, y más castizos, por lo que proponemos que la Puerta del Sol se convierta en una corrala pública, algo que nos identifica. Porque si en el Siglo de Oro de nuestras letras Madrid estaba llena de corrales teatrales, con el Corral del Príncipe a la cabeza, ahora, en el Siglo del Paro, podemos volver a las corralas para convivir y aprovechar el espacio público. De esta manera, el edificio de la Comunidad de Madrid pasaría a ser el Corral de los Comunitarios, lugar acorde con sus quehaceres, y el del Congreso se convertiría en el Corral de los Diputados, nombre también acorde con el comportamiento de algunos padres de la patria, madres incluidas.
Y como no nos quedamos en las ramas porque nuestro estudio es serio, ofrecemos una imagen de cómo quedaría la Puerta del Sol en su nueva imagen de corrala, tal vez no muy coqueta, pero sí práctica, e incluso con un toque vintage.
Si nos llevamos el premio de los 39.000 euros, prometemos donar una cantidad a la congregación de los Santos Bebercios Benditos, clientes también de tabernas y corralas.