Master class de Cornelius Horgan del Actor’s Studio

El actor Cornelius Horgan, del Actor’s Studio de Nueva York, impartió el sábado 6 de agosto de 2016 una clase magistral para el elenco y el cuerpo de baile de El musical Don Juan, que se estrenará en Madrid el próximo 6 de octubre, en el Teatro de la Luz Philips Gran Vía, siguiendo la obra escrita hace 150 años por José Zorrilla.

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Cornelius Horgan imparte una clase magistral en el Teatro Galileo de Madrid

Así lo repitió varias veces, para centrar el tema, con su acento americano Cornelius Horgan, como si el nombre de José Zorrilla lo tuviera hipnotizado y estuviera soñando con él.

Era la culminación de toda una semana de trabajo y reclusión del maestro con el equipo en pleno de la compañía y los protagonistas de El musical Don Juan, en las instalaciones del Teatro Galileo.

Ahora teníamos la ocasión unos cuantos agraciados de unirnos a ellos y ser miembros por un día del «Actors Studio», de asistir a ese broche de oro de la master class, en el decurso de una hora:

Un actor recitaba un monólogo en inglés que alguien traducía al español y un actor único, sentado en una silla, lo mimaba ayudado por el maestro Cornelius Horgan. El monólogo pertenecía a Falstaff y el actor, que era joven y fuerte (el capitán Centellas, en El musical Don Juan) se convirtió, subyugado por las potentes palabras, en un miserable saco de huesos.

Acto seguido, los protagonistas del Don Juan, de la mano de Cornelius Horgan, tuvieron ocasión de convertirse, por orden del maestro, en animales, cada cual a su elección, sin que en ningún momento hubiera necesidad de decir de qué animal se trataba. Cada uno con su yo íntimo debía ahondar en las actitudes y en los sentimientos de su animal buscando la verdad de esos sentimientos dentro de sí mismo. A continuación, se pudo escuchar en vivo y en directo el diálogo entre Doña Inés y Brígida, su mentora (y celestina) dentro de los muros del convento, mientras hablaban de Don Juan.

La novicia, picada por la curiosidad, se resistía candorosamente, por virtud de su honra y de su buscado encierro, a dejarse ver por él, al tiempo que se retorcía en deseos de conocerlo, mientras que la mediadora, con argumentos piadosos (Don Juan enfermaría ante su negativa, ay, ya estaba más pálido, el pobre) acabó convenciéndola. Ambas explotaban así las artes y los ademanes aprendidos de sus animales respectivos. En los breves descansos, los actores debían atender a las cámaras y a los entrevistadores, lo mismo que el maestro, para lo cual abandonaban el escenario entre bambalinas.

Lo mejor era la calma del maestro, nunca alterada: «Tómense su tiempo, muy buen trabajo», repetía a cada paso como un mantra. Y es que, dijo, los actores españoles son unos grandes profesionales.

A continuación, llegó el turno del actor que será Don Juan, quien declaró, en un ária de gran belleza y claridad expresiva, cómo el encierro de Doña Inés y su inocencia le ponían en la tesitura de tener que asaltar los muros del convento y hasta de bajar a los infiernos para arrancársela de las garras al mismísimo Satán.

Mientras todo esto ocurría, el resto de los actores y bailarines seguían siempre en escena trabajando a su animal.

Cornelius Horgan, miembro vitalicio del Actors Studio habla de su entrada a esta institución

Hasta aquí lo que se pudo ver y «aprender» en una hora. El Actors Studio es una institución legendaria para los actores de todo el mundo. Creado por Lee Strasberg y dirigido en la actualidad por Al Pacino y Ellen Burstyn, Cornelius Horgan es uno de los miembros vitalicios y reconocido profesor del Actor’s Studio. De ahí que el productor Álex García lo haya invitado a venir a Madrid para impartir esta master class a todo el elenco del Don Juan que, junto con el cuerpo de baile, suman 24 miembros.

Nunci de León
Doctor en Filología por la Complutense, me licencié en la Universidad de Oviedo, donde profesores como Alarcos, Clavería, Caso o Cachero me marcaron más de lo que entonces pensé. Inolvidables fueron los que antes tuve en el antiguo Instituto Femenino "Juan del Enzina" de León: siempre que cruzo la Plaza de Santo Martino me vuelven los recuerdos. Pero sobre todos ellos está Angelines Herrero, mi maestra de primaria, que se fijó en mí con devoción. Tengo buen oído para los idiomas y para la música, también para la escritura, de ahí que a veces me guíe más por el sonido que por el significado de las palabras. Mi director de tesis fue Álvaro Porto Dapena, a quien debo el sentido del orden que yo pueda tener al estructurar un texto. Escribir me cuesta y me pone en forma, en tanto que leer a los maestros me incita a afilar mi estilo. Me van los clásicos, los románticos y los barrocos. Y de la Edad Media, hasta la Inquisición.

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