La tercera y última temporada de la serie española de televisión Mira lo que has hecho, dirigida por Javier Ruiz Caldera (director de la segunda temporada), y escrita junto a Rafael Barceló y Enric Pardo como las dos anteriores por el creador de esta pequeña comedia mayúscula, Berto Romero, ha cerrado un círculo perfecto para burlarse de la corrección política y reírse de, y con casi, todo lo que nos ocupa y preocupa a los españoles de los tiempos anteriores a la COVID-19.
Yo vi sus últimos seis capítulos, de menos de media hora cada uno, la temporada de despedida completa, de una sentada, como si fuera lo que no es, una película. Porque su cadencia de comedia de situación se acomoda perfectamente al disfrute de un film cómico, suave aunque con su dosis de elegante aspereza sensible y suficientemente artística.
Es fácil identificarse con el metapersonaje Berto Romero, al alcance del actor que es también Berto Romero, al menos para mí. Porque, me reitero, Mira lo que has hecho “es una serie de Berto Romero”. Y a mucha honra.
Eva Ugarte y Jordi Aguilar, y los otros actores de la breve saga, como por ejemplo Clara Segura y José Pérez Ocaña, están muy a la altura de la serie, sobre todo la excelente Ugarte, encantadora como la esposa de Romero, la madre de los hijos de ambos, la doctora sobrepasada y consecuente que tan divertida y emocionantemente compone.
Si en la segunda entrega de la serie el lema pudo ser «la verdad no queda bien, la verdad no es creíble», en esta se me ocurre que bien podría valer «a los prejuicios las apariencias les juegan una mala pasada y lo mejor para la convivencia es la confianza basada en el amor». Me ha quedado muy largo y algo ñoño. No lo volveré a hacer más.
Y, como ya escribiera de su primera entrega… En ella, la burla más despiadada (en el caso de Berto, que conste, siempre hay piedad) es mostrar la estulticia de los molones idiotizados (y, añado, de los que se regodean en el trauma para talibanizarnos con sus memeces).
Sobre la responsabilidad paterna, algo esencial en el argumento de la serie de Berto, podría escribir otro artículo. Tal vez lo haga. Traer a este mundo, junto a la persona de la que estás enamorado (cuando las traes), a personas que has de proteger y educar es lo más importante que quizás hagamos en nuestra vida la mayoría de los humanos. También lo único para lo que nadie nos va a pedir una autorización ni a exigir capacitación alguna.