Las dos cámaras del Parlamento estadounidense estudian en este momento un plan de urgencia para estimular la economía del país, y entre las medidas que no han sido incluidas en el acuerdo final figuraba la propuesta de los representantes del Partido Demócrata de crear un «dólar digital» gestionado por la Reserva Federal, el banco central de Estados Unidos, según la información aparecida en la Technology Review del prestigioso MIT (Instituto Tecnológico de Massachussets).
A pesar de las múltiples complicaciones que supondría, los defensores de la medida aseguran que su mayor virtud consiste en que, en caso de un plan de urgencia como el que se debate en este momento, sería posible transferir dinero a la población mucho más rápidamente que ahora, mediante pagos ingresados en las cuentas bancarias.
(Recordemos que el ultraconservador, xenófobo y negacionista presidente Donald Trump quiere repartir cantidades de entre cincuenta y noventa dólares entre los ciudadanos con dificultades a causa de la pandemia de COVID-19 que, a pesar de sus pronósticos ha convertido al país en el primer afectado del planeta).
El problema, según el artículo del digital francés Slate que se ha hecho eco de la noticia, es que un 25 por ciento de los hogares de Estados Unidos no tienen cuenta bancaria o, en caso de tenerla, su acceso a los servicios bancarios está muy limitado. A ellos, que naturalmente forman parte del sector más pobre del país, el dinero les llegaría en un cheque enviado por correo, «lo que puede tardar hasta cuatro meses».
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha confirmado que se estudia la creación de un dólar virtual lo que, según el Wall Street Journal, «reforzaría los poderes del banco central al permitirle actuar directamente sobre los hogares, y no solamente intentar influir en los mercados, lo que supone un profundo cambio de paradigma». Powell asegura también que una moneda digital plantearía muchas cuestiones sobre la vida privada y la ciberseguridad.
El artículo de Slate recuerda que los demócratas estadounidenses no son los únicos que sueñan con una moneda virtual: ya hace tiempo que el Banco de Francia anunció que quiere experimentar un euro virtual para regular las transacciones entre los mercados financieros, y en China también se plantean la posibilidad de crear un yuan virtual.