El escritor israelí Nir Baram presentó su segunda novela traducida al español, «La sombra del mundo», en la Fundación Tres Culturas de Sevilla el pasado martes 19.
Nir Baram tiene el aval de ser uno de los autores más elogiados y premiados de la literatura actual, con obras como su anterior libro en español, «Las buenas personas», y que ahora se confirma con «La sombra del mundo».
El escritor israelí ha sido definido por buena parte de la crítica como heredero de Amos Oz y David Grossman, además de ser líder de ventas en Israel durante meses con «La sombra del mundo», elegido libro del año por Time Out y el periódico Ma’ariv.
En el acto, organizado en colaboración con la embajada de Israel en España y la editorial Alfaguara, el autor analizó su obra, con la traductora de la novela, Isabel Marín.
El escritor también hizo declaraciones sobre la situación del conflicto palestino-israelí así como de otros asuntos de interés. No quiso opinar sobre los conflictos personales con las autoridades israelíes pero si sabe “que soy incomodo, antipático para el Gobierno…” y mantuvo que está bien el reconocimiento del papa Francisco al Estado Palestino: “es una buena cosa“.
Cree que se está en el buen camino para pacificar la zona de la franja de Gaza: “no veo una solución próxima, una solución cercana, pero creo que la solución de todo esto es algo así como una solución zombi y que el futuro, la solución, está en un Estado, hace falta tener un solo Estado Palestino”.
Incidió aún más: “creo que la solución pasa por incluir Gaza, abrirla a Cisjordania con el fin de que se pudiera pasar de un lado a otro e incluir Gaza en la solución. Pienso y creo que la mejor solución serían dos estados pero hay que reconocer que la solución es cada vez más difícil por la mezcla que hay en Cisjordania-Israel –israelíes y palestinos- en los asentamientos, entonces pienso que la solución mejor sería un solo Estado”.
En cuanto a la situación en Israel tras las elecciones legislativas sostuvo: “Netanyahu sigue siendo el primer ministro así que nada ha cambiado y pienso que no lo habrá, al menos, de momento“, afirmando con cierta sorna, “no tengo una relación muy cercana con Netanyahu. No creo que él valore o le guste mi opinión como la que tengo sobre su política y tampoco me gusta a mí su opinión”.
También señaló que hay que cambiar la atmósfera en la sociedad israelí que, siendo más laica de lo que se cree, carece de positividad. «Todos los ciudadanos de Israel deberían tener los mismos derechos» añadiendo: «si crees en principios básicos como que en las sociedades todos debemos ser iguales, las soluciones aparecen».
Por último, también tuvo tiempo para hablar de fútbol: «soy seguidor del Hapoel Jerusalén. Milita en la Tercera División o liga Artzit y yo mismo podría jugar como delantero en ese equipo. Yo estoy acostumbrado a sufrir por eso soy de este equipo».
Nir Baram
Nació en Jerusalén en 1976. Hijo y nieto de sendos ministros en gobiernos laboristas, publicó su primera novela, «Purple Love Story», con 22 años. Tras «The Mask-Ball Children» (2000), su segundo libro, presentó «The Remaker of Dreams» (2006), que tuvo un gran éxito y fue finalista del prestigioso Premio Sapir. En 2010 ganó el «Prime Minister Award» de literatura hebrea gracias a «Las buenas personas», la primera novela israelí sobre la Segunda Guerra Mundial, cuyos derechos han sido vendidos a 14 idiomas, entre ellos el español.
«La sombra del mundo» ha tenido también una excelente acogida por parte de los lectores y ha sido elegida Libro del año por SufSahvua. En esta última novela, Nir Baram presenta varias tramas que se entrecruzan dando lugar a un brillante ejercicio literario sobre la globalización y el triunfo del capitalismo. Entre sus personajes se encuentra un joven hombre de negocios que logra convertirse en un importante miembro de la sociedad israelí, un grupo de desempleados de Londres decididos a organizar una huelga planetaria o los miembros de una corporación estadounidense especializada en consultoría política.
Además, Nir Baram es columnista habitual del periódico israelí Haaretz.