La estampa es hermosa, bendita, y nos llena de contento. Nos quedamos con el toque inicial que es un principio bello con normas que nos nutren entre pasiones diáfanas, protectoras.
Nos fermentamos con una voluntad que nos matiza con una frialdad gratificante que nos permite existir entre maravillas que son flores ficticias y reales, casi a la par de un alimento nuevo.
Nos tomamos en consideración. Encajamos a la perfección. Nos hemos preparado para un instante esencial que nos destaca las maravillas de la existencia.
Nos buscamos entre artes no figuradas que nos miran con las ópticas más sutiles. Nos hemos manifestado entre serenidades que todo lo dan.
Nos salvamos. Hemos parado para tenernos con gratitud. Nos vemos venir. Nos permitimos favores que nos inspiran confianza.
Hemos reportado el conjunto, y todo nos devuelve la vida con los aspectos más agradables. Nos imaginamos, y nos hacemos realidad. El amor se ha convertido en una forjada alianza.